Emilio Matta

emiliomattasaravia@gmail.com

Esposo y padre. Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Francisco Marroquín, MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, Certificado en Métodos de Pronósticos por Florida International University. 24 años de trayectoria profesional en las áreas de Operaciones, Logística y Finanzas en empresas industriales, comerciales y de servicios, empresario y columnista en La Hora.

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El gobierno de Guatemala ha tenido aciertos y desaciertos en el manejo de la crisis causada por la pandemia COVID-19. Eso en si no es malo, ya que todos los gobiernos del mundo han tenido sus buenas y malas decisiones, debido a que no tenían idea de como enfrentar una pandemia de estas dimensiones, al igual que nuestro gobierno. La forma en que los funcionarios del gobierno han asumido sus errores, sin embargo, si ha dejado mucho que desear en la gran mayoría de los casos.

La carencia de humildad ha sido la constante de los funcionarios públicos que están al frente de este gobierno. El no aceptar un error, y de paso atacar a quienes les critican, ya sea en entrevistas, columnas de opinión o redes sociales, da una idea de la inmadurez de quienes ocupan altos cargos en el gobierno.

Atacar a los médicos que piden existencias de insumos (no digamos su salario) para poder efectuar su trabajo, siendo ellos la primera línea de defensa en esta pandemia, ha sido uno de los peores errores que han cometido la gran mayoría de los funcionarios de este gobierno, excepción hecha del vicepresidente Castillo quien pidió disculpas públicamente por los errores cometidos. Otro considerable desacierto del gobierno fue haber decretado cierre total de la economía un jueves 14 por la noche sin dar oportunidad a que las personas pudieran cobrar su quincena el día viernes 15 para abastecerse de alimentos, ya que ni siquiera se podían realizar transferencias interbancarias por ACH debido a que, por las mismas restricciones de movilidad, no llegó a laborar el personal de la cámara de compensación ni hubo agencias bancarias abiertas. Los posibles contagios que pretendía evitar el gobierno con el cierre total seguramente se dieron al final, debido a las aglomeraciones de personas provocadas por la colérica e irreflexiva decisión gubernamental.

En ambos casos, los funcionarios del gobierno en vez de asumir sus errores se dedicaron a atacar a los médicos y a “regañar” a la población por hacer aglomeraciones y no tener “paciencia” para comprar víveres y sacar su dinero del banco. Es obvia la carencia de empatía hacia la población por parte de los funcionarios de este gobierno.

Obviamente también hay aciertos del gobierno en la gestión de la pandemia. Proporcionar un bono mensual a los hogares más necesitados, evidentemente muy golpeados por esta pandemia, me parece un gran logro por parte de este gobierno. Lamentablemente la excesiva publicidad que han hecho le resta mérito a este hito (además de que realizar el spot y mediatizarlo tiene un costo económico). Otra muy buena decisión fue nombrar una comisión para combatir el COVID-19 y poner al connotado pediatra especializado en enfermedades infecciosas Edwin Asturias al frente de la misma. Empoderarlo para que pueda tener a su disposición un equipo de profesionales serios en las distintas disciplinas que él estime necesarias para poder combatir los efectos del COVID-19, no sólo desde el punto de vista de salud, sino también de lograr reactivar la economía siguiendo los protocolos sanitarios adecuados para mantener la seguridad de la población, será tarea crucial para Guatemala en los próximos meses.

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