Raul Molina Mejía

rmolina20@hotmail.com

Nació el 20/02/43. Decano de Ingeniería y Rector en funciones de USAC. Cofundador de la Representación Unitaria de la Oposición Guatemalteca (RUOG) en 1982. Candidato a alcalde de la capital en 1999. Profesor universitario en Nueva York y la Universidad Alberto Hurtado (Chile). Directivo de la Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala (RPDG).

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Raul Molina

Escribiré dos artículos para sumarme a la conmemoración del centenario de la Asociación de Estudiantes
Universitarios, AEU, hoy denominada “Oliverio Castañeda de León”, que se cumplirá el 22 de mayo. Éste
es una pincelada histórica; en el segundo, la mirada será hacia el presente y el futuro. La fundación de la
AEU se dio luego de la lucha para derrocar a la dictadura de Estrada Cabrera. Ese espíritu anti-dictatorial
se ha mantenido a lo largo de su historia, salvo el oscuro período reciente en que fue desnaturalizada
por un grupo de maleantes. La Asociación ha pasado por etapas desafiantes: enfrentó a la dictadura de
Ubico y participó significativamente en la Revolución del 20 de Octubre de 1944; luego de la
intervención estadounidense en 1954, debió enfrentar los regímenes represivos; fue motor de las
Jornadas de marzo y abril de 1962, que fueron sofocadas por las fuerzas armadas, y muchos estudiantes
optaron por sumarse a la lucha armada; enfrentó luego las políticas contrainsurgentes del Estado, por
lo que la dirigencia estudiantil fue sometida a presión permanente y la AEU tuvo que desenvolverse bajo
amenazas y ataques.

Cuando fui estudiante de Ingeniería (1961-1966), no participé en elecciones de la AEU; pero fui
designado para el Consejo Estudiantil que debió hacerse cargo de la conducción temporal de la
Asociación en momento de crisis interna. Siempre reconocí el valioso trabajo y el compromiso de la
Asociación y, posteriormente, como académico, tuve las mejores relaciones con las diversas Juntas
Directivas. Fui impresionado positivamente, de 1971 a 1980, por la extraordinaria calidad de las y los
dirigentes estudiantiles de la USAC. Hubo contribuciones notables de los dirigentes; pero también de
miles de estudiantes, de todas las unidades académicas, que participaron en procesos de reforma,
desarrollo del Ejercicio Profesional Supervisado (EPS), trabajos de extensión, producción artística e
intelectual y proyección hacia comunidades recónditas del país. Al arreciar la represión gubernamental,
después del terremoto de 1976, la AEU fue colocada como blanco contrainsurgente. El golpe militar
contra la Asociación se dio en 1978, cuando fue asesinado por fuerzas gubernamentales Oliverio
Castañeda de León y detenido-desaparecido Antonio Ciani. En los años siguientes, los dirigentes
estudiantiles se vieron obligados a actuar en semi-clandestinidad; pero no pocos fueron muertos,
salieron al exilio o se sumaron a la revolución armada. No obstante, pese al período brutal represivo que
siguió por varios años, bajo la política de genocidio y tierra arrasada, la AEU no dejó de actuar en
defensa de la comunidad estudiantil y de los sectores de la población bajo ataque del Estado. Acompañé
directamente la vida universitaria hasta mi exilio en septiembre de 1980. Al escribir el primer informe
para la ONU sobre las violaciones de los derechos humanos en Guatemala, resalté el carácter criminal
empleado por Lucas García contra la USAC, particularmente la AEU y las otras asociaciones estudiantiles.
Fue diezmada toda una generación de dirigentes estudiantiles y futuros líderes nacionales.

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