Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es
“El hambre viene y desaparece, pero la dignidad, una vez perdida, nunca vuelve.” John Malkovich
Derivado de la petición, (No sé si llegó a presentarse) de un grupo de abogados, que solicitaban al CANG un bono de Q4,000.00 mensuales a todos los agremiados, por el tiempo de duración del Covid19, los representantes del CANG, viendo el bosque y no los árboles, urgieron a las autoridades de la CSJ en funciones, para que se reactivaran las actividades en dicho Organismo, petición que fue tomada en cuenta, y se ordenó que para el día de hoy se reiniciaban las actividades, sin embargo derivado de que pasamos de la fase de contención a la de mitigación, en la que los focos de contagio ya están en la comunidad, se tuvo que dar marcha atrás.
El problema de fondo no se soluciona, con el hecho de abrir los tribunales escalonadamente en pleno aumento de la curva, la medicina sería peor que la enfermedad, porque el contagio aumentaría en proporciones inimaginables (Podrían ser demasiadas, o no) el problema de fondo es el siguiente, veamos: Los jueces, magistrados, asesores jurídicos, y otros profesionales que tienen un salario asegurado, son una parte de los colegiados activos, la otra parte somos los que estamos en la calle, los litigantes quienes somos los que ponemos en movimiento a los diferentes órganos jurisdiccionales o administrativos, ¿Podría presentarse una demanda, contestarse la misma, o memoriales en la Administración Pública, sin el auxilio o asesoría de un abogado? No, derivado de lo anterior los jueces, magistrados, directores, intendentes, o quien tenga que resolver un caso concreto,, no podría hacerlo, porque no hay quien ponga en movimiento tanto al sector justicia como al administrativo, para que un sistema funcione, se necesitan de varias partes, algunos sustituibles y otros no.
Para llevar a cabo toda la actividad litigiosa, los abogados debemos pagar la colegiatura correspondiente, adherir los timbres forenses a los memoriales, algunos de estos se presentan legalizados, adherimos los timbres correspondientes, de toda esta actividad que genera si o si compra de especies, el CANG recibe un porcentaje, que se encuentra en las arcas de la institución por años, soy transparente al informar, que no he tenido acceso a la información financiera del mismo, pero circula la afirmación que es por muchos miles de millones de quetzales.
Veamos: En otros colegios profesionales, los agremiados gozan de un seguro médico digno, lo que significa que los asociados tienen asegurado el acceso a la salud de una forma decorosa, los abogados y notarios, que para el efecto somos los mismos, los que en otros países se encuentran divididos, derivado de lo anterior, nosotros, al mismo Colegio contribuimos en nuestra doble función, pero ¿Qué recibimos en contraprestación? NADA.
Para que sea medianamente controlada la pandemia, hace falta mucho tiempo, mientras esos miles de millones de quetzales a los que hemos contribuido, siguen durmiendo el dueño de los justos, los agremiados que somos la razón de ser de la institución, continuamos aportando, al solicitar entre otras tasas, constancias de colegiado activo, porque lo mencioné en una publicación anterior, los abogados y notarios, todo lo pagamos, sin importar la condición económico social de cada uno, porque no todos los profesionales de las leyes tenemos las mismas capacidades económicas y sociales, derivado de las reformas a la Constitución en tiempos del tristemente recordado Ramiro De León Caspio, el número de agremiados ha crecido en forma desproporcionada en los últimos años, lo que ha provocado mayores ingresos para el CANG, más personas a las que se les compra con chicharrones y licor barato, pero sin beneficio humano alguno.
Parece que los directivos del CANG, como hace años están sordos y ciegos para las necesidades de quienes les llevaron al poder que hoy ostentan, un poder que interfiere en la vida no solamente judicial, también social y ante todo económica y política del país.
Señores del CANG, los agremiados somos dignos, dignifíquense ustedes actuando en concordancia a la situación actual, planificando para ayer, un plan de apoyo a los agremiados, la historia los juzgará como a sus antecesores, y al igual que ellos, nos quedarán con una deuda que les avergonzará durante el resto de sus vidas.
Ninguno pensamos que el 2020 cambiara radicalmente la vida de la humanidad, ha sacado a luz lo peor y lo mejor del ser humano, sus luces y sombras, porque claroscuros no se visualizan, así que ustedes decidan como quieren ser identificados en la historia de la profesión ¿Cómo regulares o malos?, Buenos definitivamente NO.