Juan José Narciso Chúa

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Guatemalteco. Estudió en el Instituto Nacional Central para Varones, se graduó en la Escuela de Comercio. Obtuvo su licenciatura en la USAC, en la Facultad de Ciencias Económicas, luego obtuvo su Maestría en Administración Pública INAP-USAC y estudió Economía en la University of New Mexico, EEUU. Ha sido consultor para organismos internacionales como el PNUD, BID, Banco Mundial, IICA, The Nature Conservancy. Colaboró en la fundación de FLACSO Guatemala. Ha prestado servicio público como asesor en el Ministerio de Finanzas Públicas, Secretario Ejecutivo de CONAP, Ministro Consejero en la Embajada de Guatemala en México y Viceministro de Energía. Investigador en la DIGI-USAC, la PDH y el IDIES en la URL. Tiene publicaciones para FLACSO, la CIDH, IPNUSAC y CLACSO. Es columnista de opinión y escritor en la sección cultural del Diario La Hora desde 2010

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Juan José Narciso Chúa

Abril casi concluye. Ha sido un mes que ha dejado muchas experiencias, ha abierto el espacio para recrear otras formas de convivencia, ha propiciado la búsqueda de otras alternativas, así como ha permitido la reflexión sobre la problemática actual e igualmente sobre cómo enfrentar la tarea de la reactivación económica. La forma de atender todas las responsabilidades del trabajo ha sido la constante, en medio de una presión externa conformada por un sin número de información proveniente de distintos lugares, así como de fuentes serias y otras no tanto.

La información oficial empezó muy bien para luego convertirse en un proceso confuso, el propio Presidente se contradice muchas veces de información que antes señaló como peligro, hoy parece que ya no existe. El mensaje oficial de la pandemia pasó a ser un pequeño detalle, en donde se informan los datos de contagiados, de pruebas, de fallecidos, de porcentajes de hombres y mujeres, en donde se deja entrever que el balance negativo se carga a los deportados, como si fueran otros seres humanos, se estigman en información y se rechazan en sus comunidades de vuelta.

Luego de este efímero espacio, en donde se minimiza la pandemia, desde hace varios días el mandatario agranda aspectos como el Día de la Tierra, los famosos cien días de Gobierno, dice a la ciudadanía que si se “portan bien”, cual profesora de primaria, flexibilizará las medidas y anoche agradeció ese “buen comportamiento”.

El punto es recrear condiciones, que abonan para una “normalización” de las actividades laborales, cuando los datos duros que él mismo presenta, evidencian un mayor número de contagiados (recuerdan que él mismo dijo que no deberíamos de llegar a 20 diarios), ahora han venido en un rango que va de 23 a 46 contagiados y pasamos en días de este famoso abril de 84 a 534 y sumando.

Construir cortinas de humo, minimizando la seriedad de los datos de la pandemia, para agrandar otros aspectos, no se lo cree nadie al Presidente. Alinearse con la presión de sectores que buscan regresar a la actividad normal, no es congruente cuando su mandato es proteger el bienestar general. También es menester indicar que muchas personas actúan irresponsablemente, si no vean las cifras de detenidos durante el toque de queda, muchos de ellos bajo condicioes etílicas.

Si en todo caso, esta es la decisión, no es necesario ir recreando condiciones, creo que sería mejor elaborar un plan gradual de reinserción -aunque tengo mis serias dudas con los datos duros que se han venido dando-, pero que debería de concretarse en un período prudencial que permita observar que efectivamente vamos reduciendo el número de contagiados -no como ahora- o que el número de fallecidos ha bajado -los datos muestran otra tendencia-, e igualmente se masifique el uso de las pruebas. De otra forma, se estará actuando temerariamente.

Los deportados -es necesario puntualizar que la mayoría de ellos, son aquellos que se encontraban en tránsito hacia Estados Unidos-, mientras que los migrantes que son la minoría-son aquellos deportados pero que ya se encontraban trabajando en el país del norte- , pero que ambos no son “nuevos leprosos”, como los calificaba ayer atinadamente, mi amigo Edgar Gutiérrez, sino son personas que buscando alternativas de vida, se enfrentaron a una política antimigratoria que los rechaza a todos.

Así se fue el mes de abril, con la aplicación de medidas atinadas al principio, para llegar hoy a la imprecisión, la confusión y la provisión de datos que apuntan hacia arriba, pero que se pretende actuar a contra sensu de lo que reflejan los mismos. Joaquin Sabina es quien canta alegremente quien me ha robado el mes de abril, una canción que hoy se hace metáfora en nuesra realidad, ojalá no se pierda todo, sino se rescate algo.

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