Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Ayer, Edmond Mulet, excandidato presidencial por el Partido Humanista, se retiró de ese partido alegando por las conductas de sus diputados y les mandó un par de recados: “Aprovecho para recordar a diputados del Partido, que la visión Humanista que nos unió en campaña se basa en principios de honradez y transparencia, lineamientos que deben guiar su accionar en el Congreso. Los insto a seguir ese camino, de lo contrario la patria los juzgará.”.

En otro tuit dijo: “Es imperdonable traicionar a un pueblo que sufre de hambre y miseria, un pueblo que delegó su poder por medio de su voto y confió. A ese pueblo nos debemos y por ese pueblo seguiré firme en mi misión de trabajo, con mis valores intactos.”.

He de decir que, contrario a la payasada de ayer en el Ministerio Público (MP), me causó una grata sorpresa ver la redacción de Mulet, quien entendió que las conductas de “sus diputados” no le permiten sostener el discurso que tuvo en la campaña, cuando expresaba que el problema de Guatemala estaba en el sistema y que era necesario reformarlo para atender las necesidades de la gente.

Ya había tenido que salir a “disculparse” cuando los diputados votaron a favor de las reformas a la Ley de ONG, pero siendo parte de la alianza oficialista, Mulet entendió que sus diputados se van a seguirán embarrando y, por tanto, se lo iban a llevar entre las patas.

Y todo esto tiene mayor importancia porque tenemos un Presidente de la República que bien haría en distanciarse de las mafias del Congreso y hasta la fecha, solo Dios sabe por qué, el doctor Giammattei no rompe con unos diputados que no están pensando en el país, sino en sus beneficios personales y están dispuestos a lo que sea con tal de conseguir sus objetivos.

No puede ser que Giammattei no se haya dado cuenta que vía la alianza del Congreso está aliado con Sandrita y Gustavito, no digamos la UCN de Mario Estrada, la mafia de TODOS y Felipe Alejos, etc. en lo que fue el esfuerzo del Gobierno por hacerse con el control del Congreso porque juraban que así iban a poder gobernar mejor.

No es que Giammattei rompa con unos para pasarse al otro bando porque la mafia de la UNE es igual que el resto –se pelearon con Torres porque ya saben que no gana, no porque repudien sus mañas- se trata de que el mandatario marque una clara distancia con el Congreso y gobierne con la gente, lidere los esfuerzos para que nos unamos alrededor de mínimos.

El Presidente tiene una oportunidad de oro, por ejemplo, si lanza una convocatoria a abogados de diferentes sectores para que se discutan las alternativas de reforma constitucional, más allá que le haya pedido consejo a tres abogados de los que se resisten a decir sus nombres y que también le aconsejaron que en las reformas a la ley de ONG no había inconstitucionalidad alguna.

Lo mismo puede hacer con diferentes sectores y líderes para consumar lo que dijo en su toma de posesión, de unión y reforma del sistema que está carcomido hasta el tuétano, pero eso nunca se logrará mientras Giammattei demuestre que se siente tan cómodo con su alianza en el Congreso.

Hace unos días alguien me dijo, “veo a un Presidente muy claro de lo que debe hacer para sacar adelante a Guatemala, pero no lo veo tan claro en el tema de las alianzas”.

Los aduladores del poder le dirán al mandatario que quien le sugiera que rompa su alianza en el Congreso, lo quieren ver solo y sin capacidad de gobernar, pero no es cierto porque así se aliará con el pueblo. Se llama coherencia para ejecutar lo que dijo el 14 a las 19 horas. Vuelva a leer su discurso y verá que, en el mismo Congreso, con la gente de su alianza, tiene los primeros y enormes obstáculos.

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