Emilio Matta

emiliomattasaravia@gmail.com

Esposo y padre. Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Francisco Marroquín, MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, Certificado en Métodos de Pronósticos por Florida International University. 24 años de trayectoria profesional en las áreas de Operaciones, Logística y Finanzas en empresas industriales, comerciales y de servicios, empresario y columnista en La Hora.

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Emilio Matta Saravia
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En una actitud digna de una funcionaria pública proba, la diputada Vicenta Jerónimo del partido MLP solicitó al Presidente del Congreso trasladar las sesiones de los jefes de bloque para las dos de la tarde, de tal modo que el Congreso no tenga que pagar de su presupuesto los almuerzos de los diputados que trabajan en las distintas comisiones.

Como era de esperarse, la propuesta no fue bien recibida por la mayoría de los diputados, quienes se hartan su almuerzo diario gracias a los impuestos que pagamos los ciudadanos. Indigna, y mucho, que además les lleven sus alimentos de restaurantes onerosos, lo cual agrava, si se puede, la deleznable actitud de nuestros “representantes”. Mención aparte merece la pataleta protagonizada por el diputado Álvaro Arzú Escobar, quien dijo a los medios que ellos no se la estaban “pelando”, sino que llegaban a “trabajar” a la hora del almuerzo, y que su trabajo (que según él hasta algunos diputados no lo entienden) es legislar y los mismos diputados lo desvalorizan. Incluso, con impudicia y desfachatez, informó a la prensa que el valor de los almuerzos que se hartan semana a semana, pagados por los tributarios, o sea nosotros, no va a resolver la situación de desnutrición crónica de nuestra niñez.

El diputado del partido Unionista nos dio una magistral lección de cinismo, descaro y prepotencia a ultranza. De tal palo tal astilla.

Me imagino que, por su formación académica y universitaria, el diputado Arzú no es muy ducho con los números y no entiende que con cuatro millones de quetzales anuales bien utilizados (que es lo que reporta el Congreso que se gastó en alimentos para diputados en 2019), se puede hacer muchísimo para combatir la DCI (Desnutrición Crónica Infantil). Se pueden utilizar para construir varios centros de atención y recuperación de niños con DCI cada año, se pueden pagar los gastos de operación de varios de los centros mencionados anteriormente y también se puede proveer de alimentos y suministros a dichos centros. Con un poquito de interés se pueden encontrar mil y una formas de utilizar mejor el dinero que se hartan a diario, gracias a nuestros impuestos, los diputados. Actitudes como la del diputado Arzú son las que van a llevar, dentro de cuatro años, a que los guatemaltecos, hartos de tanto cinismo y de tanta corrupción de nuestros políticos, voten por la opción más radical del espectro político (que ya quedó en cuarto lugar en los comicios anteriores). Tal es la arrogancia que estos políticos padecen, que no les permite ver los monumentales errores que cometen ahora y que muy probablemente en cuatro años les van a salir carísimos.

Y a pesar de no ser partidario del MLP y de tener una concepción del sistema económico y del aprovechamiento de los recursos naturales (por citar dos temas) diametralmente opuesta a la del MLP, aplaudo y apoyo la solicitud de la diputada Vicenta Jerónimo, me quito el sombrero ante su postura y exhorto a otros diputados a que se sumen al esfuerzo de esta diputada que merece todo mi respeto.

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