Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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Gladys Monterroso
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“Se sienten solos y quieren que alguien les diga `Hola’. Sé cómo se sienten. Yo me he sentido solo y he anhelado algo casi toda la vida”

John Doe

¿Quién conoce a Juan Nadie? Todos lo conocemos, Juan Nadie es aquella persona a quien va dirigida la publicidad barata, es alto o bajo, gordo o flaco, joven o mayor, hombre o mujer, el que pasa todos los día a tomar la camioneta para llegar a algún lugar, es honesto pero puede decir alguna que otra mentirijilla, el que cree que primero pasa un camello por una aguja que un rico entre al cielo, vive solo o tiene una familia, es el que compra el pan para él o su familia, es jardinero, albañil, carpintero labrador, secretaria, obrera o vendedora va al mercado acompañando a su esposa, su madre, hermana o hija, viste playera del Barca o del Municipal, también camisa, o blusa, pantalón de vestir o de lona, puede ser falda también.

Juan Nadie se conmueve cuando ve un perrito abandonado, reparte su poco dinero entre los tantos niños que hacen piruetas con naranjas en cualquier semáforo, ayuda a cruzar la calle a los ancianos o ciegos, cree que es posible que exista otra vida después de ésta, da de comer a las palomas, le da el lugar en la camioneta a una mujer embarazada, se fuma un cigarro diario, trabaja de sol a sol, es leal con su patrón o jefe, tiene cuenta de Facebook pero difícilmente la utiliza, no le gusta el reggaetón, sueña despierto que en cualquier momento la vida puede cambiar, compra números de la lotería, pero nunca gana nada, compra su almuerzo con la señora que vende en una esquina, desayuna café con pan.

En el mundo existen muchos Juan Nadie, que son utilizados por los políticos haciéndoles creer que van a construir escuelas, hospitales, contratarán maestros y la violencia terminará, hace una gran fila para emitir su voto con confianza, y solamente es un número más en la estadística, cree que las leyes pueden cambiar el sistema, se siente comprendido al escuchar los discursos encendidos de los dirigentes políticos, si el hombre llega o no a la luna él siempre estará igual, no es nadie y es todo a la vez, en él piensan los publicistas cuando crean una campaña de publicidad para crearle necesidades inexistentes, es uno entre el montón.

¿Qué sucedería si todos los Juan Nadie se unieran por una misma causa? ¿Lograrían cambiar el mundo? El mundo en su inmensidad es una probabilidad, pero su mundo interior y el de su derredor sí, todos los seres humanos tienen al menos en un segundo una pequeña oportunidad de cambiar su ruta, lo importante es dar el paso, y eso es lo que Juan Nadie en muchas (demasiadas quizás) ocasiones no da.

Hace más de dos mil años varios Juan Nadie tomaron la decisión de seguir al hijo de un carpintero, y ese día la historia de la humanidad se dividió en un antes y un después, hasta el más grande ateo vive en ese después, lo que significa que si dejaron su huella en la historia a través de los siglos, no eran reyes ni emperadores eran pescadores, los conocían su familia y amigos, pero seguir por convicción a un líder los cambió a ellos, y el mundo conocido dio un giro del que no hubo vuelta atrás.

El presente se encuentra inspirado en una película de 1949, que tiene el nombre del personaje que se menciona, el mensaje es que todos tenemos un valor como seres humanos, pero si nos comunicamos, y nos unimos, lograremos cambiar la historia sin importar nuestro aspecto, situación o lugar en los diferentes estratos sociales o económicos, el dinero es importante por lo que podemos comprar con él, pero no nos sirve para lo más importante, valorarnos como seres vivos, y lograr modificar nuestra propia historia, las coyunturas personales sirven para eso: Cambiar nuestro propio rumbo, el problema: Nunca sabremos que había en la otra ruta, y seguiremos siendo Juan Nadie con la riqueza que implica serlo.

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