Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82
El día sábado, tras conocer la resolución de la jueza Ericka Aifán de ligar a proceso a Gustavo Alejos, su esposa y Escobar Pereira y decretar falta de mérito en contra de Otto Pérez Molina y Juan de Dios Rodríguez, yo publiqué un tuit diciendo que ahí estaba la respuestas para todos los que expresan que Aifán es un instrumento de la FECI. Han hecho creer que basta con que la FECI lo pida para que Aifán conceda y el viernes se vio que no funciona de esa manera.
Ayer por la mañana, me encontré con este tuit del empresario Juan José Gutiérrez en referencia a mi publicación descrita en el párrafo anterior: “Es importante no perder la perspectiva y desviar el fondo del problema. Este no es un partido de futbol, donde un día pierden unos y otro día otros. Este es el resultado de la politización de la justicia, cuando se convierte en un cuchillo de doble filo. TodosPerdemos!! @ppmp82”.
Es importante no perder la perspectiva y desviar el fondo del problema. Este no es un partido de futbol, donde un dia pierden unos y otro día otros. Este es el resultado de la politización de la justicia, cuando se convierte en un cuchillo de doble filo. TodosPerdemos!! @ppmp82 https://t.co/6vRB0l3IPW
— Juan Jose Gutierrez M. (@juanjose531958) January 26, 2020
No conozco a Juan José Gutierrez pero sí a su hermano y a dos de sus primos, pero como estamos en épocas de ver alrededor de qué podemos trabajar con guatemaltecos con los que pensamos distinto, le pregunto al señor Gutiérrez si está dispuesto a sumarse a un esfuerzo integral y coherente para rescatar a nuestra justicia de sus captores.
Sin duda alguna tendremos una diferencia de criterio de cómo es que la justicia ha llegado hasta aquí. Entiendo, por lo visto en sus tuits, que para él esto es un tema de ideología y para mí es un tema de la necesidad estructural que tienen los cooptadores del sistema (entre los que hay derechas e izquierdas) de meter sus manos para asegurar que en lugar de Estado de Derecho tengamos garantías de impunidad que alienten la corrupción, el tráfico de influencias y el manejo del aparato estatal al gusto y antojo de quien se puede dar el lujo de acceder o controlar un sistema paralelo o controlarlo.
Pero el punto de coincidencia es que ambos creemos que la justicia ha llegado a un colapso, que todos perdemos y que deberemos ser los guatemaltecos quienes nos decimos hartos de más de lo mismo, quienes debemos reservar un poco de espacio entre la familia, el trabajo profesional y el manejar empresa con el afán de hacer tiempo para un ejercicio más integral de ciudadanía.
Sin duda alguna, usted ha visto o vivido en carne propia lo difícil que ha sido, es y seguirá siendo navegar por el camino del bien para aquellos que deciden jugar bajo el tenor de las reglas y lo “fácil” que en apariencia le resulta a los que deciden recorrer otros caminos para llegar más rápido al destino.
Con sus años de experiencia, seguro ha podido notar que Guatemala atraviesa tiempos que se pueden volver muy recios si los que tenemos oportunidades, en mayor o menor medida, no hacemos algo para resolver los problemas estructurales que dan lugar a los Chávez en el mundo.
No tengo ni que convencerlo que un pueblo empoderado con las armas de la educación y la salud es uno que puede aspirar a mejores desarrollos humanos y que desde el punto de vista económico, contar con su preparación hace que existan más y mejores mercados para los bienes y servicios que se producen.
No dudo que usted tiene la capacidad de reunir a algunas personas que pueden y saben incidir en el futuro del país y hacerles ver la necesidad que hay de que, por fin, exista una justicia verdaderamente ciega y eso dependerá de nuestra habilidad para ponernos de acuerdo y lograr los cambios que se necesitan.
Gracias a Dios no he perdido la perspectiva del problema que enfrentamos porque he visto a los ojos a muchos que lo han perdido y/o arriesgado todo por un sistema que opera al tenor de unas mafias que han metido sus manos en detrimento de millones de guatemaltecos.
Ojalá exista voluntad y si la hay, sin duda lograremos coincidir.
