Cartas del Lector

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Walter Juárez Estrada

El nuevo presidente de la República, Alejandro Giammattei Falla, no es nuevo en la política. Es de carácter fuerte; se someterá a grandes retos y a cumplir sus promesas de campaña y está seguro que con la ayuda de todos los sectores, saldrá avante en su gestión. Es enemigo de la corrupción, los puestos que ha ocupado a lo largo de su vida, son su carta de presentación, sabe que hereda una gestión que estuvo matizada de incapacidad. No es fácil ordenar la administración pública, que por décadas ha sido asaltada por narcos y políticos que siguen enquistados en los organismos del Estado y se vienen problemas y conflictos con la designación de magistrados del TSE, Corte Suprema de Justicia, Salas de Apelaciones y en mayo próximo, la nueva CC.

Giammattei es de familias de abolengo y reputadas del país. Hará honor a sus promesas, pero le será difícil. Tiene que hacer acercamientos con el Congreso conformado por grupos de diferentes entidades e ideologías. Tendrá que ser sagaz para que le aprueben leyes, buscar arreglos para acuñar el presupuesto y romper lanzas contra aquellos políticos que por años han estado enquistados en el Congreso. Como profesional de la medicina conoce las carencias que hay en los hospitales, la desnutrición agobiante, devolver a la población la desconfianza que tuvo el pueblo con el exgobierno pasado que hizo pactos con grupos corruptos, que hizo migas con sectores deshonestos al incorporarlo de manera exprés al Parlacen, para protegerse de la serie de denuncias que nunca prosperaron, en el MP y el Organismo Judicial.

Giammattei hizo lo que los otros políticos no han hecho. Dio a conocer antes de la segunda ronda electoral, la nómina de sus ministros, fue en abono de la confianza que le dieron sus electores que confían en él, por sus antecedentes. Se le debe dar el beneficio de la duda. Su incursión a nivel internacional le da certeza que quiere para Guatemala, un cambio, pero le resultará cuesta arriba, el gobierno que hereda, fue inútil. Que el pueblo se equivocó “de corrupción y ladrón …el traje le quedó muy largo…”.

Los ministros y funcionarios que designó el doctor Giammattei, deben honrar la confianza que les dio el nuevo mandatario, no sean “pilares de iglesia…”. Atrás de los escritorios los asuntos de Estado no pueden ser confiados al personal de segunda, que están la mayoría, amañados y es donde la corrupción ha sido el modus operandi de las últimas administraciones. Los grandes retos del nuevo gobierno son grandes, tener presente que en un cerrar de ojos o con una varita mágica, las cosas no se resuelven en cuatro años, que por décadas se ha arrastrado una corrupción, que no puede erradicarse en poco tiempo y prueba de ello, las prisiones y los tribunales están saturados de políticos mafiosos y en el caso del nuevo presidente, asegura que la corrupción la combatirá, con la ayuda de todos, no solo de políticos…

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