Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Las ideologías per se no son malas puesto que le permiten a un ser humano tener determinada línea de pensamiento. El problema se da cuando esa ideología no admite razón, no es producto de un proceso de análisis y cuestionamiento y peor aún, cuando se usa como herramienta para incentivar el odio o pensando que eso les da un escalamiento social.

Y traigo a colación esto porque me quedo con la boca abierta de cómo, algunos, terminan siendo más papistas que el Papa y eso no nos ayudará en nada.

Evo Morales fue un Presidente indígena que rompió en un inicio paradigmas porque fue producto del eterno abandono que nuestros países ofrecen a los pueblos originarios y tomó medidas con las que pretendió cerrar las brechas, intentando que quienes habían tenido oportunidades las mantuvieran y los que no las han tenido, las empezarán a ver.

Pero, como sucede en nuestras “democracias” se saltó las trancas y se encaminó a eternizarse en el poder desobedeciendo la voluntad de su pueblo y usando las mismas instituciones para lograr su fin. Los que dicen apoyarlo se han centrado en el capítulo en el que el Ejército pidió su renuncia, pero han cometido el error (como hacen las élites de este país con el proceso de elección de Cortes) de obviar la ilegalidad de Evo que desencadenó su última crisis.

Quienes hoy gritan golpe en Bolivia no habrían dicho lo mismo si a Jimmy Morales el Ejército le sale pidiendo la renuncia cuando desobedeció a las Cortes y usó las instituciones para asegurarse impunidad para sí (a ver por cuanto tiempo), garantizando a terceros lo mismo. No podemos tener un doble rasero.

Creo que la OEA es una cacharpa tan corrupta como nuestro Congreso, pero más allá de ellos, el apagón de Bolivia fue tan fraudulento como el que hubo en Guatemala cuando ganó Álvaro Arzú. Los que ahora dicen que en ese momento se consumó el fraude en Bolivia, aquí guardaron silencio en el 95 y eso también es parte del doble rasero.

Cuando fue el caso de Chile la derecha salió en defensa de Sebastián Piñera y el modelo chileno sin ni siquiera discutir el funcionamiento de un modelo que en el papel era casi perfecto y quedaron muy mal cuando el mismo Piñera dijo en El País: No supimos entender el clamor por una sociedad más justa.

Este tema es fundamental porque en unos años se arreciará en Guatemala la polarización y quien desde el lado del CACIF no repita como loro que Codeca es el diablo y quienes desde Codeca no repitan igual que CACIF es el diablo, será tachado de enemigo cuando en la realidad debemos cuestionar ambas posturas, analizar qué ha ocurrido, cómo hemos llegado hasta este punto, qué se ha hecho bien, qué se ha hecho mal, etc.

Habemos muchos que entendemos que en la izquierda y en la derecha hay cosas valiosas que nos deben servir como base para salir adelante, para lograr la Guatemala que deseamos y será la suma de esa gente sensata la que marque la diferencia en el país, alejado de radicalismos que solo nos harán caer en polarizaciones más profundas al tiempo que seguimos sin atender la desnutrición, la pobreza, la marginación, la corrupción y la impunidad que no nos permite ser una economía atractiva ni que cierre las brechas en lugar de acrecentarlas.

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