Oscar Clemente Marroquín

ocmarroq@lahora.gt

28 de diciembre de 1949. Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, Periodista y columnista de opinión con más de cincuenta años de ejercicio habiéndome iniciado en La Hora Dominical. Enemigo por herencia de toda forma de dictadura y ahora comprometido para luchar contra la dictadura de la corrupción que empobrece y lastima a los guatemaltecos más necesitados, con el deseo de heredar un país distinto a mis 15 nietos.

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De forma prepotente, el diputado Juan Ramón Lau envió una exigencia a la Fiscalía Especial Contra la Impunidad demandando información detallada sobre todas las personas que pudieron haber colaborado en los procesos que se han seguido en Guatemala tras investigaciones conjuntas realizadas por la Comisión Internacional Contra la Impunidad, lo que provocó una respuesta contundente y de mucha altura que fue suscrita por Juan Francisco Sandoval como titular de esa Fiscalía específica creada precisamente en el marco de la Constitución de la CICIG en Guatemala.

Obviamente la intención de los diputados que celebran audiencias para dar rienda suelta a las quejas que puedan tener contra la CICIG quienes fueron objeto de algún señalamiento, va más allá de reiterar el desprecio que sienten por todo lo que tiene que ver con la lucha contra la impunidad y la corrupción en Guatemala. Es importante para ellos enviar el mensaje claro de que quienes en el futuro se atrevan a levantar nuevamente esa bandera, la de la decencia, van a ser hostigados y reprimidos porque es fundamental para el Pacto de los Corruptos sentar precedentes claros sobre la suerte que les espera a los que se decidan jugar del lado de la decencia.

Por ello es que querían elaborar una lista negra incluyendo a todo aquel que haya colaborado de alguna manera con la Comisión Internacional Contra la Impunidad en su lucha contra la corrupción y es en ese contexto que se tiene que entender la pretensión de que se les proporcionara esa detallada información.

Juan Francisco Sandoval es, al día de hoy, el último rostro visible de ese denodado y serio esfuerzo que rindió tantos frutos con la iniciación de procesos penales en contra de tantas personas que se aprovecharon de la costumbre de impunidad que ha imperado en el país. Obviamente sobre él están todos los reflectores porque muchos de los que compartieron con él el esfuerzo y el sueño de una Guatemala en la que la corrupción pudiera ser objeto de castigo legal, han tenido que bajar la guardia o retirarse, como pasó con su colega Oscar Schaad, encargado de la investigación de los delitos electorales marcados por el financiamiento ilícito, casos en los que rodaron prominentes e intocables cabezas.

Así como se envió de claro el mensaje a Thelma Aldana, en el sentido de que el sistema tiene los medios y los recursos para pasar facturas enormes a los que se atrevieron a cuestionarlo, ahora se está fraguando el plan en contra de Juan Francisco Sandoval, funcionario que tristemente no cuenta ni siquiera con el pleno respaldo de la autoridad superior del Ministerio Público porque en el rato menos pensado le zafan la varita, como se la zafaron a Schaad a pesar de que éste hizo notables esfuerzos por no contrariar a la Fiscal General.

Lo importante es advertir que el ataque a la FECI no terminará con la lógica y contundente respuesta que dio Sandoval a Lau. Por el contrario, los ciudadanos tenemos que estar claros de que vendrán nuevas andanadas y preguntarnos si nuestra indiferencia es la mejor forma de agradecer y apreciar lo que hicieron aquellos que se jugaron el pellejo para servir, de verdad, a Guatemala.

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