Después de un artificialmente prolongado proceso, que les permitió participar en las últimas elecciones aún mucho después de que se demostró la forma en que habían sido financiados de manera ilícita por miembros de la élite empresarial del país, fue hasta ayer que el Registro de Ciudadanos anunció la cancelación del partido Frente de Convergencia Nacional, FCN. Queda ahora el período de impugnaciones a la resolución y cuando ésta quede firme, FCN pasará a la historia como ya pasaron los partidos Lider y Patriota, aunque sobreviven, inexplicablemente, muchos que han incurrido en iguales ilegalidades causales de la cancelación.

El caso de FCN es emblemático por muchas razones que vale la pena recordar. Se trata no solo del partido gobernante sino de la agrupación que quería presumir de hacer campaña con escasos recursos y para ello decidió ocultar el aporte de conocidos empresarios que se reunieron para hacer una especie de “cuchubal” que permitiera financiar la cobertura de las mesas electorales en todo el país con delegados a sueldo del partido. Destapado el caso, los empresarios dieron la enorme sorpresa a Guatemala y al mundo al convocar a la prensa para pedir perdón por el “error” cometido y ofrecer que “nunca más volverían a hacerlo”, expresiones que duraron muy poco porque ya en la primera comparecencia ante el tribunal que conocía del caso, 4 de 5 se desdijeron y se declararon inocentes del hecho por el cual habían pedido perdón en la célebre comparecencia pública.

Y fue allí donde se fortaleció la añeja alianza que dio lugar al éxito en la maniobra para ponerle fin a la lucha contra la corrupción porque desde ese momento, cuando los empresarios se retractaron de reconocer al menos como “error” ese financiamiento, arrancó la batalla para destruir a la CICIG y a rescatar al Ministerio Público para volverlo al redil de los instrumentos de la impunidad en el país.

El caso FCN ha sido señalado por algunos como un error de la CICIG y MP por atacar frontalmente al más selecto grupo de los empresarios del país. No se discutía si era fundado o no el caso, sino la “tontería” de tocarle los faroles al todo poderoso león que en Guatemala ha sido intocable. En otras palabras, se reclamaba impunidad para quienes siempre han gozado de ese privilegio y que los investigadores se hicieran de la vista gorda de las pruebas abrumadoras.

FCN es uno más de los partidos que se han beneficiado del financiamiento ilícito, pero su caso puso en evidencia cuán capturado, y por quiénes, está el Estado de Guatemala.

Redacción La Hora

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