De una manera muy peculiar, el pasado jueves se anunció la conformación del equipo del nuevo gobierno a cargo del Ministerio de Gobernación y de la seguridad ciudadana. En una reunión de trabajo en El Salvador, con las autoridades de aquel país, se hizo pública la decisión del doctor Giammattei de encomendar ese delicado campo de la administración pública a retirados miembros del Ejército que, según lo que se dijo en esa ocasión, también han tenido a su cargo la coordinación general del proceso de transición y de estrategia del proyecto partidario, lo que sería una muestra de la clara preeminencia e importancia que dentro del equipo del nuevo gobernante tienen quienes fueron altos mandos militares, dando carta de veracidad a los rumores propagados en campaña sobre la existencia de una rosca muy influyente formada por personal castrense.

Más allá de los Acuerdos de Paz, que finalmente han sido notoriamente ignorados, la militarización de la seguridad ciudadana es algo que se tiene que analizar con mucho detenimiento porque si bien los militares están entrenados para el uso de las armas, la función de los Ejércitos dista mucho de las que corresponden a las fuerzas civiles de seguridad, con las que lo único que tienen en común es precisamente la portación de armas letales, pero el entrenamiento sobre su uso es radicalmente diferente. Calificar de una medida “audaz” la del Presidente electo al hacer el anuncio por interpósita mano y entregando tanto poder a exmilitares, implica tener un equivocado concepto de ese calificativo.

La misma creación de la Policía Nacional Civil en Guatemala responde a una teoría de desmilitarización de la seguridad ciudadana y no deja de ser un contrasentido que, en ese marco, se produzca un retorno al pasado. No olvidemos que el último militar que estuvo al frente de Gobernación no solo está en prisión sino que pendiente de su extradición a los Estados Unidos, hecho que sin duda encenderá alarmas en otras latitudes.

Habrá que esperar a que el presidente electo Giammattei vuelva de la ya tradicional visita que todos nuestros gobernantes hacen a Taiwán, país que sabe cómo asegurarse lealtades, para conocer las razones por las que este anuncio se hizo de esa manera intempestiva y las razones por las cuales su régimen apuesta a la militarización de la seguridad ciudadana.

Redacción La Hora

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