Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

A partir de hoy se puede decir de manera oficial que la Comisión Nacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) es historia, porque según se informó, hoy vencen los contratos del personal del ente internacional y la fecha de 3 de septiembre queda como un formalismo legal.

Con su partida se acaba la era de la “mayor certeza del castigo” que pudo haber tenido el país en su historia, porque si algo llegó a pasar, fue que la gente sintió que sus actos tenían consecuencias y algunos abandonaron las mañas, muchos se lo pensaban dos veces, otros tantos fueron más sofisticados en sus formas.

Tener esa inusual incomodidad los hizo ponerse de acuerdo para salir de una vez por todas del molesto aparato de investigación y judicialización de los casos y dos años les duró concretar sus planes. Hace dos años fue la declaratoria de non grato.

Digo que es el fin de una era porque lo que viene en el corto plazo es una ola de absoluciones (todas con asterisco por la interferencia que se realizó) y una buena dosis de venganzas en contra de quienes, estiman los usuarios del sistema paralelo, los expusieron y evidenciaron.

Más que ver al pasado toca ver el futuro y preguntarnos ¿cómo deseamos que sea esta nueva etapa? ¿Vamos a permitir que se regrese a las condiciones previas a abril del 2015 o se va a trabajar en función de mínimos para lograr los ajustes que necesita el sistema y que pide a gritos nuestra economía?

Hasta los que están centrando sus esfuerzos en las venganzas y el regreso al pasado, saben que este modelo es terrible para la economía, porque asegura que a los que actúan en el marco de la legalidad les cueste mucho hacer las cosas, asegura que dejemos atrás a la gente y es un caldo de cultivo para la migración forzada.

La elección de cortes corre el riesgo de ser más amañada que la del 2015, porque en ese entonces no habían existido investigaciones, plaza, acusaciones, auditoría social y un largo etcétera. Los que están metiendo las manos buscando impunidad saben que si lo logran pagarán un precio muy grande, porque junto a la impunidad vienen una serie de cosas que en el futuro no podrán sostener y será eso de que “el que a hierro mata a hierro muere”.

A algunos les preocupa el corto plazo, pero no han visto que a los del largo plazo les preocupan otras cosas para lo que utilizarán, cual vil tontos, a los que ahora maniobran por su impunidad sin saber que luego será impunidad para todos, generalizada, que solo servirá al más sanguinario, al que más pague y al que mejor sepa operar el sistema paralelo.

Pero además del rol de los defensores del sistema y de quienes necesitan impunidad para sentir que vuelven a la vida, la gran pregunta es ¿qué hará usted, qué papel jugará en este futuro que será tan determinante para el país, para sus hijos, su trabajo y su comunidad?

Hoy se cierra una era y la que se escriba será su responsabilidad, pues a cada uno de nosotros nos tocará rendir cuentas por lo que hicimos o dejamos de hacer, en esta etapa tan crucial de nuestras vidas.

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