Cartas del Lector

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Por Rolando Alfaro Arellano

Comenzamos con una nueva serie de artículos, con la esperanza que sean bien recibidos por mis lectores de La Hora, Tribuna no mostrador, y que conllevan un llamado de atención para que las nuevas autoridades, sinceramente, incluyan dentro de sus prioridades la protección y mejoramiento del ambiente.

Años han pasado sin que se avance en el tema descrito, sea por ignorancia, indiferencia, mala educación o el deseo de dejarle a las futuras generaciones un país totalmente deteriorado, sin paisajes, aguas contaminadas, basura en todos los lugares, incluyéndose los paseos y jardines.

Por otra parte, es terrible que se mantenga a las poblaciones sin conocimiento de los grandes males que a diario respiramos, sentimos por tantos escapes abiertos, y humos de toda clase sin ninguna reglamentación que les prohíba contaminar.

Pareciera en el caso descrito que las personas que, según ellas, se salen con las suyas contaminando el entorno nacional y, lo peor, que no existiera.

Pero lo más lamentable es que tanto las diversas autoridades como el público en general, crean que la contaminación que nos ahoga, es normal porque el país está desarrollándose, craso error que con el tiempo demostrará que contaminar es dar muerte a todos, sea naturaleza, o a la propia vida humana.

Mis estimados lectores podrán imaginarse que el humo proviene de todas partes, no es sólo en un mismo lugar. Es un mal que, hasta el momento, ninguna autoridad ni pueblo en general se ha dedicado a detener. Con ello, se está promoviendo la muerte de flora y fauna, de vida humana y de las nuevas generaciones.

Infinidad de investigaciones jurídicas y de otra clase, se han efectuado, pero todo sigue igual.

El deterioro del entorno humano guatemalteco se contamina día a día; y, pareciera que se está tratando con poblaciones que prefieren sufrir los daños descritos como consultar con las autoridades de los daños que, quizás, invisiblemente creen los guatemaltecos que se irán desapareciendo, hasta que al final se dan cuenta que tienen enfermedades incurables.

Por lo tanto, las nuevas autoridades del Estado, en sus tres organismos, deberán hacer una verdadera investigación del porqué de tanta indiferencia y, luego proceder a modernizar a nuestro país, situación que todos agradeceremos.

La nueva serie de artículos, en conclusión, procurará señalar todos los trabajos que entidades académicas, científicas, culturales y religiosas, vienen haciendo.

De lo contrario, no nos quejemos que nuestro país siga en el atraso en que se encuentra, por el egoísmo, ignorancia, mala fe y pésima educación de la mayoría de habitantes de la otrora tacita de plata.

Continuará…

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