Por Jorge Santos

Yo no lo sé; pero pareciera que estos son los peores tiempos de Guatemala. La academia refiere que la violencia, la pobreza, la concentración de la riqueza, el racismo y el autoritarismo son consustanciales al Estado guatemalteco. De seguro que no es nada nuevo, este Estado con estas características, es tan viejo que nos rememoran a la Colonia, al Estado cafetalero, a la República y por qué no, también al Estado que bajo la máscara de democracia asistimos desde los ochenta.

Hoy 2019, estamos asistiendo a los peores tiempos, la concentración de la podredumbre en el poder, tal vez antes lo estaba también. Hoy oligarcas, políticos, militares y crimen organizado se quitan las máscaras y nos muestran su peor rostro, nos dan cuenta de su podrida convivencia para hundir más al país. El único objetivo que tiene esta alianza es hartarse hasta lo último que quede de este territorio. No les importa la muerte que provocan, la colosal injusticia que producen, la absoluta inequidad que generan. Están todos ellos borrachos de poder, sumidos en el sopor de la corrupción e impunidad.

De ahí la importancia de la reserva moral de las sociedades, de ahí la gigante necesidad de contraponer a esta podredumbre, la dignidad, la justicia social, la equidad, la solidaridad. Frente a estos días con negros nubarrones, levantémonos y nombremos a quienes son nuestra reserva moral. Los pueblos que luchan, aquellos que desde décadas, siglos atrás resisten y luchan contra cualquier opresión. Son las y los campesinos, las y los indígenas que Marcharon por la Dignidad en abril y mayo del presente año. Las autoridades Mayas, Xincas y Garífunas que encabezaban la caminata de más de 200 kilómetros. Nuestra reserva está en los movimientos de mujeres que alzan su voz contra el patriarcado y nos enseñan otra forma de vivir dignamente. Esta reserva la representan las y los jóvenes que luchan por un presente posible, que les abra de par en par el futuro, son los colectivos urbanos que incesantemente nos convocan, nos alertan, nos invitan a repudiar cualquier injusticia.

Esta reserva moral y de dignidad está en las comunidades que salieron el martes 6 de agosto al Paro Nacional a rechazar el sistema político, los asesinatos contra defensores de derechos humanos. Son las mujeres que han luchado por la justicia, son las y los jueces, fiscales y otros operadores de justicia honestos e íntegros, que se oponen a la avalancha infame que carcome el Sistema. Esta reserva moral también está en usted, que sale día a día a ganarse la vida, no lo olvide. Así que en estos difíciles momentos patrios, sonriamos, levantémonos y recordemos que en nuestra capacidad de articular, organizar y formar esta la posibilidad de derrotar a esta alianza criminal para dignificar la vida y la existencia humana de todos y todas. Por último, recuerde que frente a este escenario tenemos la obligación de politizarnos, formarnos, organizarnos y vencer la decadencia, la podredumbre y el oprobio.

Jorge Santos

jsantos@udefegua.org

Defensor de derechos humanos, amante de la vida, las esperanzas y las utopías, lo cual me ha llevado a trabajar por otra Guatemala, en organizaciones estudiantiles, campesinas, de víctimas del Conflicto Armado Interno y de protección a defensoras y defensores de derechos humanos. Creo fielmente, al igual que Otto René Castillo, en que hermosa encuentra la vida, quien la construye hermosa.

post author
Artículo anteriorRechazo al inmoral chantaje electoral
Artículo siguienteEl poder de su soberanía