Si se analiza el papel que ha jugado la Sala Tercera de Apelaciones del Ramo Penal, se entenderá por qué es tan crucial la elección de los magistrados que deberá hacerse este año y el papel que juegan las Comisiones de Postulación porque se pueden estructurar auténticas murallas para impedir la aplicación de la justicia y garantizar a los delincuentes, sobre todo en casos de corrupción, la más absoluta impunidad. No es únicamente por el caso de ayer, puesto que esa Sala se ha consagrado como el puntal de la impunidad y es la que muestra más claramente para qué y por qué fueron electos esos magistrados.

El proceso de conformación de las Cortes que deberá concretarse este año es crucial y en el mismo ya no tendrá arte ni parte de la CICIG que en el pasado logró al menos evidenciar las mañoserías y los acuerdos entre las mafias para postular a los aspirantes a las magistraturas. Corresponde a la sociedad civil vigilar este proceso y actuar con determinación para impedir que se agrave aún más la cooptación de la justicia que tiene consecuencias en verdad dramáticas para nuestro país.

El retroceso en la lucha contra la impunidad es notorio y gravísimo porque vuelve a colocar al sistema como el arca abierta en la que hasta el justo peca, objetivo fundamental del Pacto de Corruptos conformado por políticos, contratistas y la “élite” del país.

Redacción La Hora

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