Edgar Villanueva
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Ayer tuve la oportunidad de participar en una presentación sobre el panorama electoral para este año. Se discutieron varios temas, desde lo atípico de las próximas elecciones, el reducido tiempo que tendrá la campaña e incluso estadísticas sobre preferencias de candidatos. Sin embargo, las estadísticas que más llamaron mi atención fueron relativas a los temas que más importan a la población encuestada y el hecho que el 50% de estos están vinculados, en mayor o menor medida, a la situación económica del país.
El tema de inseguridad, que siempre ha copado las principales preocupaciones de los votantes, aparecía tercero, detrás de dos temas económicos (falta de empleo y condición de la economía) y de nuevo aparecían otros dos temas económicos en el top siete que más preocupan a los guatemaltecos. No es la primera encuesta en la que los chapines nos expresamos de similar forma, ha habido otras donde la respuesta es que la falta de empleo es el tema que más ocupa la mente de nuestros connacionales.
No es la primera vez que escribo sobre este tema, pues lo considero de vital importancia para la estabilidad y el desarrollo del país; coincido con los encuestados, y hoy más que nunca, pienso que generar empleos dignos y sostenibles debe de ser una de nuestras metas principales como país. Es cierto que hay necesidad de reformar muchas instituciones y darles solidez para que respondan a la población como deben. Es también cierto que se debe de librar una lucha comprometida contra la corrupción, la impunidad y el crimen organizado. Y por supuesto que tenemos que reducir la desnutrición crónica, mejorar la calidad educativa del país y poner a disposición de los más necesitados un sistema de salud funcional. Hay muchas reformas que son prioridad, como por ejemplo la del sistema de justicia, sin embargo, esa reforma y muchas otras se pueden hacer en paralelo a generar inversión y empleo.
Con un empleo, el guatemalteco seguramente trasladará sus preocupaciones a otros temas, pero tendrá cubierta una que lo ayuda en lo personal, pero que también contribuye a los ingresos del Estado y, por ende, al bienestar de los demás. Esto no implica que las demás necesidades desaparezcan de la noche a la mañana, pero sí tenemos como hilo conductor la generación de empleo, podemos construir una agenda amplia mientras el ciudadano se gana la vida de manera digna.
En la antesala de la elección, y especialmente durante el evento electoral, examinemos detenidamente las propuestas económicas y de generación de empleo de los candidatos, y procuremos no “irnos con la finta” de los que prometen bonos 15, 16 y 17. Procuremos buscar aquellos que tienen planes de crecer las industrias y el comercio, aquellos que tengan planes de sumar plazas de trabajo y aquellas propuestas que estimulen la generación de trabajo local, pero con coherencia nacional y regional. Y evitemos a aquellos que han apoyado iniciativas que han eliminado puestos de trabajo, no son difíciles de identificar.
