Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es
“Nada bueno viene jamás de la violencia”.
Martín Lutero.
Existen hechos que nos regresan constantemente a nuestra violenta realidad, como el caso de una mujer, que supuestamente siendo parte de una mara, amenaza al piloto de una camioneta con el objetivo de asaltarles, en caso no aceptar, la amenaza: hacer estallar una granada, sin importar cuántas personas saldrían heridas o muertas.
Lamentables las declaraciones del Ministro de Gobernación al calificar el atentado como “fortuito”, y no un ataque directo, siendo la cartera que dirige la responsable de la seguridad, calificar el altercado como fortuito es un insulto a la inteligencia. Si es directo, los maleantes cuando atacan a alguien van dispuestos a “todo” tanto a matar como a morir, los únicos que ni nos imaginamos nada somos las víctimas, es realmente una incongruencia con la realidad, semejantes declaraciones.
Que ya no sean noticia, no significa que los bandoleros no sigan atacando el transporte urbano y extraurbano, quien dijo que el hombre es un animal de costumbres expresó una gran verdad, es el caso de la violencia diaria, nos hemos acostumbrado tanto a ella, y la mayoría de los medios tradicionales no ven en estos hechos márquetin, que se han convertido en pequeñas notas diarias, pero tanto para las víctimas, como para sus familiares son actos negativamente importantes, porque marcan un antes y un después en la tranquilidad emocional y espiritual de la persona.
Los maleantes comunes todos los días asaltan, extorsionan y asesinan a cualquier ciudadano que se gana la vida laborando honradamente, ¿A quién le interesa? Solamente a sus seres queridos y a sus allegados, para los demás es un hecho más, que engrosará los libros de partes judiciales, y si fuéramos un país con mejores instituciones (las mínimas) por lo menos tendríamos estadísticas.
El que una mujer se quedará sin manos, producto de su propio acto violento, que no sabemos cuántas veces había realizado, es lo relevante, pero el que asalten a los ciudadanos es el pan nuestro de cada día por lo mismo, para la industria de la comunicación ya no vende, pero no significa que como el dinosaurio, no esté ahí.
Lo importante no es la morbosidad de la noticia, lo transcendental estriba en que la violencia diaria no solamente no ha desaparecido, desafortunadamente se ha incrementado, pero para los encargados de denunciarla, de prevenirla, y de combatirla es invisible, pero eso no significa que no exista, y que crezca desmesuradamente, sin que las autoridades hagan absolutamente nada en contra ella.
No he sido admiradora ni mucho menos de la CICIG, más aún fui una víctima de su corrupción interna, pero siendo objetiva me pregunto: Las maras, los extorsionadores, las bandas de delincuentes, ¿No son cuerpos paralelos? ¿A dónde va el dinero que recaban diariamente? ¿Por qué no fueron investigados y presentados ante los tribunales sus principales cabecillas? Porque de acuerdo a la Teoría Moderna del Derecho Penal, son delitos bagatela, como conclusión podría afirmar que la vida y la integridad humana como, consecuencia son bagatela.
Lo más decepcionante es que, tanto para las actuales, como para las anteriores autoridades son hechos aislados, fortuitos o casuales, pero no lo son, son consecuencia de la falta de autoridad, políticas públicas, ética, integridad y honradez de quienes por decisión popular han tenido en sus manos un cheque en blanco, que no han sabido escribir, pero bien harían quienes se están hoy postulando, y quienes lo piensan hacer para participar en la próximas elecciones, en comprender que la población está evolucionando, y que el cheque ya no estará en blanco, contendrá las exigencias mínimas, de ahí se seguirá escribiendo.