Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es

“Una cosa es continuar la historia y otra repetirla.”
Jacinto Benavente

La sociedad en general, nos encontramos viviendo momentos de gran tensión, a raíz del aparente conflicto entre el gobierno del país y la CICIG, y escribo aparente, porque en politiquería los ciudadanos somos los que menos sabemos de lo que sucede entretelones, y como mueven los hilos, quienes realmente detentan el poder en la nación.

La mayoría de los medios de comunicación, y las redes sociales, cada dos por tres informan de un nuevo enfrentamiento, entre una institución creada para un periodo temporal y un gobierno que también es transitorio, porque en el 2020, ya no serán los mismos protagonistas, pero en el momento actual las tensiones superan las expectativas del futuro, lo que no es bueno para el país.

En perspectiva, los protagonistas tienen una agenda propia, que no es precisamente el desarrollo del país, ni el bienestar de la población que botó a unos, y aceptó a otros, todos están tratando de llevar agua a su molino sin importarles las heridas causadas, que tardarán en sanar, y que dejarán heridas, cada uno de los dos grupos avasallan el Estado de Derecho, con el objetivo de hacer posibles sus objetivos, que no son precisamente los que el país necesita, pero en su egoísmo, se tiran golpes ciegos un día sí y otro también.

En lo personal, veo con mucha frustración, que no se trata siquiera de una lucha ideológica, o de política en todo el sentido de la palabra, se trata de una lucha de intereses personales, cuyos actores, porque eso son, se ajustan a guiones preconcebidos, los que posiblemente sean escritos por los mismos autores, que nos ven como borregos que aparentemente no sabemos ni entendemos nada, que solamente seguimos al pastor, quien lo más seguro nos llevará al precipicio, pero no todos somos tan borregos, y nos encontramos a la expectativa para decidir lo mejor para el país, no para los dueños del mismo, que ya mucho hemos tenido de lo mismo.

Necesitamos liberar nuestra mente del embrollo en el que dos tres individuos, pero con mucho poder nos han introducido dejándonos solamente un pequeño espacio para salir, y ese espacio se encuentra en nuestra libertad de decisión y acción, a esa libertad debemos apelar para que no se siga dividiendo la población, en una lucha encubierta contra la corrupción, pero no exenta de la misma, porque entre tanto señalamiento, rumorología y “análisis” tanto de un grupo como el del otro, el que pierde es el país, venimos enfrentados desde antes de la conquista, la independencia fue parte de la misma pugna, porque pasamos del sometimiento español al sometimiento criollo, con lo que perdimos y seguimos perdiendo.

El ciudadano común, necesita trabajo, educación, salud, seguridad y certeza, y estos elementos solamente se pueden alcanzar si existe un mínimo de paz, misma que no puede obtenerse si nos enfrentamos por todo, más aún si hay grupúsculos interesados en que nos mantengamos afrontados, porque mientras la base pelea, la cúpula hace y deshace sin que nadie se dé cuenta de lo que se cocina detrás de la puerta, que será degustado por los dueños de la finca, que al fin y al cabo son los únicos que tienen acceso a la casa mayor, los demás recibirán mendrugos que los harán felices, y el pueblo en general, como siempre no recibirá nada, y con esa nada pasará cuatro años multiplicado por x número, el que aún no conocemos.

Vivimos un momento disfrazado de crítico, para que las cosas se mantengan como lo han estado siempre, porque eso conviene a unos pocos aunque el 99% continúe igual, pero encontraremos la salida, aunque parezca tarde, estamos en tiempo.

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