Francisco Cáceres

caceresfra@gmail.com

Nació en Guatemala el 19 de Julio de 1938; tiene estudios universitarios y técnicos en ciencias jurídicas y sociales, administración empresarial, pública, finanzas, comunicación, mercadeo y publicidad. Empresario, directivo, consejero y ejecutivo en diversas entidades industriales, comerciales y de servicio a la comunidad. Por más de 28 años consecutivos ha sido columnista en este medio.

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Francisco Cáceres Barrios
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Ya se volvió cosa de todos los días que el presidente de turno ande viendo con quién queda bien, cuando las funciones del Estado están claramente definidas, circunscribiéndose a mantener sin excepciones el orden, promover la prosperidad y el bienestar de sus ciudadanos, a cuyo servicio está para darles la protección debida, como administrar eficientemente los programas de gobierno y demás asuntos públicos, según el mandato expreso de los ciudadanos. Entonces, ¿a qué viene mantenerse dando regalos, convivios y agasajos?, ¿Por qué se sigue con la mala costumbre de solo dar beneficios a determinado grupo de empleados públicos, cuando todos son servidores de la población, pues sus emolumentos provienen de sus impuestos, aportes y contribuciones?

Como bien dice el refrán: “Cuando el gato sale de vacaciones los ratones hacen su fiesta” y si a ello sumamos el espíritu de imitación que mantenemos los chapines, inmediatamente los demás organismos del Estado se ponen a hacer lo mismo y no digamos los alcaldes y hasta los más sencillos servidores públicos tranquilamente toman de los recursos públicos fondos para su quedar bien. Constituye un gran abuso de poder que la SAAS se haya gastado entre el 6 y 7 de diciembre pasado Q21 mil en comprar 1 mil 400 bolsas de poporopos; la alcaldía de Jutiapa, Q81 mil 642.50 en 565 canastas; el alcalde de Monjas, Jalapa quemó pólvora por Q36 mil 800; para hacer un convivio “infantil” la alcaldía de Villanueva se gastó Q58 mil 730 y la municipalidad de Guatemala Q480 mil en 40 mil refacciones que incluían pan, tamales y aguas. ¿Alguno de estos gastos contribuyen a cumplir los fines del Estado?

La ingrata decisión presidencial de dejar igual el salario mínimo del 2018 para el 2019, para los guatemaltecos que tenemos dos dedos de frente nos dejó la evidencia que lo hizo para quedar bien con quienes le han estado haciendo el favor al Presidente de consentir su resentida posición de expulsar del país al doctor Iván Velásquez, Comisionado de la CICIG, olvidándose por completo que quienes lo devengan pasan los 365 días del año estirando los quetzales puesto que, sobradamente demostrado está, que los promediados 2 mil 875.62 quetzales mensuales del mínimo, no les alcanzan para adquirir los 34 productos básicos en los hogares que ya sobrepasan los Q3 mil 597 mensuales.

Por lo anterior, el presidente Jimmy Morales y sus colaboradores tendrán que tomar extremas medidas de seguridad, si quieren seguir haciendo sus pobres inauguraciones diarias de unos pocos kilómetros de carreteras, chorritos de agua potable o satisfaciendo pequeñas demandas que por muchos años las más pobres poblaciones han estado clamando para sus hospitales, centros de salud o establecimientos educativos, si es que no quieren exponerse a recibir el masivo rechazo popular recientemente sufrido en San Andrés Sajcabajá, Quiché, cuyos habitantes a gritos, armados solo con una enorme valentía se vieron obligados a realizar, a pesar del despliegue militar que se había previsto. ¿Tan difícil será circunscribirse a realizar racionalmente los gastos?

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