Raul Molina Mejía

rmolina20@hotmail.com

Nació el 20/02/43. Decano de Ingeniería y Rector en funciones de USAC. Cofundador de la Representación Unitaria de la Oposición Guatemalteca (RUOG) en 1982. Candidato a alcalde de la capital en 1999. Profesor universitario en Nueva York y la Universidad Alberto Hurtado (Chile). Directivo de la Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala (RPDG).

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Raúl Molina

Las capas medias están desinformadas y, por lo tanto, son manipuladas por el gobierno y sus voceros. Esto lo refleja un familiar, inquieto profesional, con quien he sostenido un diálogo epistolar. Lo suspendí para ampliar el radio de influencia por este medio. Indicaré sus cuestionamientos, en negrita, para hacer luego las aclaraciones correspondientes. En primer lugar, dice que la CICIG ha cometido y sigue cometiendo muchos abusos. Como esto no ha sido demostrado ni siquiera por el Presidente de la República, he indagado sobre dichos supuestos abusos y la respuesta ha sido: “Coacción de Jueces, Magistrados y Diputados. Intimidación por medio de amenaza de solicitud de antejuicio para que fallen según los requerimientos de la CICIG. Todo por fuera de la vía legal”. Señala videos que se refieren a esto; pero nadie ha podido demostrar que sea cierto. Y eso es así, porque no existe capacidad de llevar adelante antejuicios cuando se encuentra la muralla de la impunidad de las y los corruptos. La supuesta coacción no funcionaría, porque la impunidad ha sido garantizada. El argumento de los defensores de las y los corruptos -que se lo creen las capas medias- llega al punto de acusar a la CICIG de acciones criminales, derivadas de lo que los jueces decidan por su cuenta. Esto denota la falta de conocimiento del sistema judicial de Guatemala, es decir, es posición producto de la ignorancia.

Un segundo cuestionamiento se refiere a que la CICIG es vista como la parte ejecutiva de una conspiración contra el Estado, en la cual estarían involucrados el anterior embajador de EE. UU. y el actual Secretario General de la ONU, así como pasadas Fiscales Generales. Es cierto que las grandes potencias, particularmente Estados Unidos, han sido y son intervencionistas; pero el Secretario General de la ONU, que se debe a 193 Estados, no se implica en acciones contra ninguno, por el motivo que fuese. De hecho, es inimaginable una conspiración en la que estuviesen juntos Estados Unidos y la ONU, ya que el imperio, de desear algo, tiene otros mecanismos para lograrlo. En esencia, Trump sostiene al Pacto de Corruptos, siendo indiferente a la corrupción e impunidad en Guatemala.

Dicen sus defensores que las acusaciones contra el Presidente son evidentemente de mala fe y espurias. No, las acusaciones contra él están documentadas y fueron tan suficientemente válidas que hicieron que el caso avanzara hasta ser frenado por el Pacto de Corruptos en el Congreso. Mencionan luego los casos del hermano e hijo del Presidente (franca corrupción), el caso Bitkov (que ha sido reabierto por el MP) y hasta el caso Rosenberg, que quedó resuelto hace mucho. Todos caen en el ámbito de funcionamiento de la CICIG. Finalmente, se siguen repitiendo los argumentos de exoficiales del Ejército que todavía confunden a la CICIG con la CICIACS y creen que su función es desmantelar aparatos clandestinos. No se entiende que la impunidad, cuya desaparición es mandato para la CICIG, protege actos de corrupción, crimen organizado y abuso de poder. Para mayor esclarecimiento, tendremos que esperar a los hechos, tanto en el sistema de justicia como en el campo político.

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