Emilio Matta

emiliomattasaravia@gmail.com

Esposo y padre. Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Francisco Marroquín, MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, Certificado en Métodos de Pronósticos por Florida International University. 24 años de trayectoria profesional en las áreas de Operaciones, Logística y Finanzas en empresas industriales, comerciales y de servicios, empresario y columnista en La Hora.

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Emilio Matta Saravia
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Muchos guatemaltecos, incluidos académicos y columnistas de opinión, creen que Chile ha logrado un crecimiento económico alto y sostenido durante varias décadas en base a tener Estado de Derecho y una economía de mercado. Lo anterior explica, en parte, el éxito chileno; sin embargo, el trasfondo de la transformación de un país que era muy similar a Guatemala en sus indicadores sociales y económicos hace 40 años a una nación con indicadores de primer mundo es mucho más profundo que afirmar simplistamente que se tuvo estabilidad política y apertura económica durante este tiempo y el resultado es lo que hoy es Chile.

Iniciemos con el aspecto político. Chile tuvo una muy cuestionada dictadura que duró 17 años, de 1973 a 1990, a la que se le atribuyen la mayoría de los logros económicos, más no sociales, que tuvo el país en ese período. A partir del año 1990, se dan elecciones libres y se reinstaura un sistema de gobierno Presidencial con una clara separación de poderes entre el Ejecutivo (Presidente, intendentes y ministros), el Legislativo Bicameral (Congreso y Senado), y el Judicial (magistrados y jueces). Desde 1990 a la fecha Chile ha tenido 7 gobiernos, 5 de ellos presididos por personas de centro izquierda y 2 presididos por una persona de centro derecha. Lo que es interesante destacar es que todos los gobiernos han mantenido los lineamientos económicos que han permitido al país alcanzar el crecimiento que tiene hasta ahora. Otro aspecto toral en el aspecto político es que los chilenos no toleran la corrupción, prueba de ello es que sus índices de corrupción se cuentan entre los más bajos de América. En pocas palabras, la ley se cumple, y quien la infringe debe pagar las consecuencias de haberlo hecho. Esto es lo que propicia un verdadero Estado de Derecho.

En el aspecto económico, se tiene la errónea creencia que Chile ha privatizado todas sus empresas estatales siguiendo lo que muchos llaman una economía de corte neoliberal. En primer lugar, Chile tiene lo que se conoce como una economía social de mercado (esto no es conjetura mía, me lo dijo personalmente el senador y expresidente del partido político chileno Renovación Nacional, Andrés Allamand). Chile tiene una economía de libre mercado con progreso social asegurado por un gobierno central fuerte. Chile cuenta con varias empresas estatales, siendo su buque insignia Codelco, la mayor productora de cobre del mundo, cuenta con las mayores reservas mundiales de dicho mineral y es líder a nivel mundial en tecnología de minería. Además, Codelco representa una fuente importante de ingresos para el estado chileno. Otra importante empresa estatal chilena es el Metro Santiago, responsable del transporte diario de millones de chilenos en la capital, Santiago de Chile, y sus comunas aledañas.

En la siguiente columna explicaré cómo Chile logró desarrollar una serie de industrias importantes que son la base de sus exportaciones, y la forma en que las políticas públicas sociales ejecutadas por los distintos gobiernos fueron fundamentales para alcanzar y mantener dicho desarrollo económico.

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