Raymond Wennier

raymondwennier@yahoo.com

Estadounidense residente en Guatemala hace 46 años. Maestría en Administración Educativa, Memphis State University, Memphis, TN. Licenciatura en Pedagogía y Administración Educativa, Universidad de San Carlos de Guatemala, Colegiado activo 410. Trabajo: En áreas urbana y rural guatemaltecas. Consultor Educativo. Docencia y Administración Educativa. Publicaciones: Alrededor de 600 artículos sobre temas educativos de 1,980 a la fecha. Autor del libro "Liderazgo, una nueva conceptualización", 1987.

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Raymond J. Wennier
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Cuando los hijos y nietos viven lejos de uno, no es fácil la comunicación; aunque la tecnología permite una comunicación visual de las personas, no es lo mismo que estar en la presencia de ellos.

Recientemente, Carmen y yo, tuvimos la oportunidad de visitar a nuestro hijo y familia, en Alemania. Desde luego, tengo que enfatizar estar cerca de los nietos Lourdes y Matías, fue una alegría que no se puede expresar en palabras.

Es increíble lo que los nietos de 14 y 10 años hacen por sí solos como es ir cada uno a su colegio, que no están nada cerca, en bicicleta o en autobús público, con un recorrido mínimo de media hora.

Visitar a la familia me recordó que la educación tiene que dar las oportunidades de tener múltiples experiencias enriquecedoras dentro de su aprendizaje. Así, tratamos de ayudar en ese proceso educativo, tomando las dos últimas semanas de sus vacaciones escolares para viajar y visitar a un primo y a su familia, en el norte de Alemania y tres países más.

El paisaje de las altas planicies y montañas rodeando a la ciudad de Baad en Austria, es espectacular. Sólo puedo imaginarlas totalmente nevadas en el invierno.

Nietos y nosotros nos quedamos con la boca abierta al ver la cantidad de tierra dedicada a la crianza de vacas y ovejas productoras de leche en Holanda, además de los molinos de viento cercanos a Amsterdam; la novedosa manufactura de los zapatos de madera; ver cómo los trabajan a mano, con máquinas no eléctricas que datan de años atrás.

Fuimos invitados a una boda en Israel; conocemos a la novia y a su familia desde hace 20 años cuando vivieron aquí, su padre en el servicio diplomático en la Embajada de Israel. La boda se celebró en los jardines de un “kibutz” y para los nietos fue muy interesante ver una ceremonia matrimonial de otra religión.

Además, al visitar el Mar Muerto, era “de cajón” embadurnarse con el “lodo” negro antes de entrar al agua y darse cuenta que lo único que se puede hacer es flotar. Luego subimos a Massada, el fuerte creado por Herodes El Grande y donde los “Zealots” resistieron bravamente el cerco de los romanos defendiendo su libertad. Increíble imaginar cómo subieron los materiales de construcción a gran altura casi vertical y lograron resistir tanto tiempo.

Pero lo más importante fue la visita a Jerusalén; sus lugares santos, el Santo Sepulcro, el Muro Occidental y el Túnel donde se ve el sitio donde estuvo el Arca de la Alianza.

De regreso en Alemania, vimos en Mittenwald, la “bajada” de las vacas desde la montaña para pasar el invierno “en casa”. Resultó en un acontecimiento en el que gozamos de un “Oktober fest” rural.

Pues ya ven, sólo alegrías podemos contar de estar cerca de los hijos y en especial de los nietos. Por eso, damos gracias a Dios y a la Virgen María que siempre están con nosotros.

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