Raymond Wennier

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Estadounidense residente en Guatemala hace 46 años. Maestría en Administración Educativa, Memphis State University, Memphis, TN. Licenciatura en Pedagogía y Administración Educativa, Universidad de San Carlos de Guatemala, Colegiado activo 410. Trabajo: En áreas urbana y rural guatemaltecas. Consultor Educativo. Docencia y Administración Educativa. Publicaciones: Alrededor de 600 artículos sobre temas educativos de 1,980 a la fecha. Autor del libro "Liderazgo, una nueva conceptualización", 1987.

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Raymond J. Wennier

“If children cannot learn the way we teach, we had better teach the way the child can learn”. Zachary F. Wright, Teacher

Tenemos que enseñar a los alumnos en formas que les permitan aprender.

Los educadores tenemos, muy a menudo, que preguntarnos qué estamos haciendo y cómo lo estamos haciendo. Es más que seguir un programa establecido de antemano por terceras personas y para todos por igual; es necesario preguntarnos con quién estamos trabajando. Hoy día esa interrogante cobra mayor realce debido a los nuevos descubrimientos científicos acerca de cómo aprende la persona. Eso también demuestra que cada alumno es diferente en su forma de percibir su realidad y cómo la procesa; igualmente sucede con los adultos en sus puestos de trabajo.

El sistema educativo requiere de los maestros que sean “paper shufflers”, manejadores de papeles, ya sean con números para juzgar si un alumno es considerado bueno o no, o recibir papeles de casa, que únicamente ocupan el tiempo del maestro para poner una marca y una rúbrica. Continuando con la manipulación de papeles, el maestro tiene que apuntar números en un cuaderno para poder sumarlas de vez en cuando y así producir el “juicio final” por un período de tiempo. Durante toda esta temporada el maestro tiene que manejar múltiples hojas que dicen que son las guías de los contenidos a “dar” a los alumnos. Son muchas, pero están puestas en categorías y patrones que simplifican la rutina de los maestros aunque no estén al día porque fueron escritas hace ya varios años y me atrevo a decir que no han sido revisadas.

¿Cuándo tienen tiempo los Directores y los maestros para realmente PENSAR CRÍTICA Y CREATIVAMENTE? A propósito, insistimos en que ESO es lo que los alumnos hagan ¿Cierto?

Es necesario tomar el tiempo para lanzar las preguntas que inician con ¿Qué…? ¿Por qué…? ¿Cómo…? ¿Quién…? ¿Cuándo…? ¿Dónde…? ¿Y si…? ¿Y si no…?

En un día de trabajo, cuántas preguntas hacen los maestros a los alumnos, esperando una respuesta inmediata, pero no se hacen a sí mismos ni siquiera una sola que requiera una respuesta “pensada” porque no tienen el tiempo para considerar esos interrogantes. Eso sí, pretendemos que los alumnos aprendan a CUESTIONAR, a BUSCAR (inquiry), lo que requiere más tiempo para pensar que solamente dar una respuesta rápida.

Las modas, sugerencias, técnicas y teorías educativas puestas sobre la mesa, son tantas que los maestros se sienten abrumados, que se marean si tratan de atender todas.

¿Qué tiempo tienen los maestros para pensar y mucho menos poner en práctica unas de esas estrategias educativas para responder a las nuevas demandas y necesidades educativas de los alumnos?

En conclusión, ¿Es mejor que todo se quede igual a como ha sido? Pareciera que NO hay tiempo, NO hay cambio, NO hay innovación, NO hay progreso educativo. ¿Es que la tarea es tanta que ya se llegó al Principio de Peter y no se sabe qué hacer? ¿Es que el sistema educativo de Guatemala necesita cura?

¿HASTA CUÁNDO VAMOS A SABER LA REALIDAD?

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