Raymond J. Wennier

Alvin Toffler en su libro: “Aprendizaje para mañana: El Rol del futuro en la educación”, inicia diciendo que: “Toda educación brota de alguna imagen del futuro. Si la imagen del futuro de una sociedad es errada, su sistema de educación defraudará a su juventud”.

También Toffler en su libro: “La Tercera Ola” dice que: “Es muy posible que los alumnos que salen de secundaria tendrán que cambiar su profesión 3 o 4 veces, debido a los cambios que vendrán más rápido que nunca antes visto. Por eso, hay un movimiento fuerte hacia la educación continua”. La preparación de la juventud para una sociedad cambiante tendrá que ser diferente; de un mundo estable, hacia un futuro no predecible.

Pobreza, ecología, contaminación, uso de energía, terrorismo, son esencialmente factores sociales que nos afectan como seres humanos. Las sociedades del futuro tendrán que formar personas responsables, que piensen y que sean bien ajustadas a su existencia. No podemos correr el riesgo de que una persona cause caos en el mundo.

Diseñar un currículo igual para todos los establecimientos escolares ya no es pensable. Cada uno tiene sus propias necesidades. Tomemos el ejemplo de un establecimiento en Chiquimula y otro en Huehuetenango. Hablamos de dos regiones diferentes, costumbres diferentes, climas diferentes y por lo tanto necesidades de enseñanza diferentes en más de un aspecto. Desde luego, no hay diferencia si mantenemos que toda escuela tiene que enseñar lo mismo. Las diferencias las causan individuos que son diferentes.

El contenido curricular es información que no puede cambiarse rápidamente para satisfacer las diversas necesidades de los alumnos. Hay que enfocarse en el proceso del currículo para que llene el criterio esencial de preparar adecuadamente a los jóvenes para confrontar el futuro y los problemas que tengan que resolver. La educación tiene que concentrarse en el desarrollo y crecimiento de personas, más bien que en el contenido y habilidades requeridas en una asignatura.

Los ciudadanos del 2018 tienen que ser solucionadores de problemas, eficientes, personas capaces de escoger entre alternativas y pensar rápidamente en soluciones viables. Se aprende teniendo la oportunidad de hacerlo. Se aprende mejor a solucionar problemas reales y no artificiales.

William Vontil escribe sobre la relevancia de la educación. ¿Qué relevancia tiene la educación para los jóvenes de hoy día? Veo que la relevancia está interrelacionada con la motivación de cada niño. Si usamos situaciones reales y relevantes para los jóvenes, veremos que ellos se automotivan para lograr aún más.

Los alumnos no son iguales, “Human uniqueness” es una característica de la especie y no podemos ignorarla ni engavetarla.

Un currículo futurista enfatizará la interacción social y responsabilidad. Se aprenden buenas interrelaciones sociales, de la cooperación y rara vez de la competencia. Los niños prefieren una experiencia personal; aprenden más en tal situación y pueden aprender haciendo ellos mismos. Su aprendizaje será más permanente, como dijo Dewey.

Pienso que todos los niños son capaces de aprender con éxito y en especial, si los establecimientos educativos usan cuatro palabras dentro de su filosofía: Oportunidad, tiempo, dirección y constancia porque: Dada la oportunidad, el tiempo necesario, la dirección adecuada y la constancia en esa dirección, todos pueden aprender.

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