Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

En todos los países del mundo existen normas denominadas protocolo, las cuales deben ser respetadas como una muestra de educación, decoro y orden, no hacerlo solo evidencia desorden y falta de respeto.

El protocolo se aplica mundialmente en el sistema diplomático, también se aplica en las fuerzas armadas de los países.

Por ello, rendir honores en el deceso de un Presidente o Vicepresidente de la República es una obligación de todo gobierno, y cuando no se respetan las normas de protocolo, con razón y justificación, se critica al Presidente, al Vicepresidente y al Ministro de Relaciones Exteriores.

En las fuerzas armadas de todos los países, hay normas que se aplican y respetan desde la formación  en las escuelas militares; por ello, se evidencia en los desfiles  y en los actos militares una sensación de orden, admiración y respeto.

En los países desarrollados la muerte de un general, de un coronel y de cualquier oficial, no importando su grado, tiene una serie de formas protocolarias que se observan y respetan en su deceso.

Existen capellanes militares que administran el ritual religioso en el deceso de cualquier miembro de las fuerzas armadas; según el grado así son los honores que establece el protocolo militar.

En la diplomacia, el Presidente de la República es responsable del protocolo, el Vicepresidente coadyuva y el Ministerio de Relaciones Exteriores aplica las normas protocolarias que refieren a la forma cómo se recibe a un Presidente, Vicepresidente o ministro en una visita oficial.

Lo mismo se desarrolla con la diplomacia, un embajador es el representante de su gobierno y existe un protocolo para recibirle, para que presente credenciales. El protocolo debe de ser observado en sus actitudes dentro del país, no hacerlo conlleva que pueda ser declarado non grato durante su gestión. Al concluir su período en el país normalmente el embajador es condecorado como parte del protocolo que se acostumbra en la mayoría de naciones.

En el Ejército, el protocolo se observa día a día cuando se le informa al comandante en jefe de una unidad, no hacerlo implica una falta.

En Guatemala, las fuerzas armadas observan permanentemente las normas del protocolo militar.

La Cancillería o Ministerio de Relaciones Exteriores es un poco menos metódica, por ello el Presidente y Vicepresidente de la República deben de exigirle a la Cancillería que respete el protocolo en su comportamiento con los embajadores y por supuesto dentro del Gobierno de la República, no puede ni debe en un acto público faltarse el mutuo respeto.

Los Presidentes de los tres organismos del Estado tienen una jerarquía, también la tienen la totalidad de funcionarios electos y funcionarios nombrados.

La muerte del presidente Álvaro Arzú, gracias a la relación que existía con el presidente Jimmy Morales,  produjo que en su ceremonia oficial de entierro se respetaran al 100% las normas de protocolo, hecho que no sucedió con el deceso del presidente Kjell Eugenio Laugerud.

El protocolo de nuestro país debe ser sumamente cuidadoso en los cambios de gobierno, en las relaciones internacionales y también en el deceso de un Presidente o Vicepresidente constitucional de la República, lo debe también ser en el deceso de un Presidente  de un organismo del Estado y así sucesivamente, debe respetarse y aplicarse el protocolo por cuanto “honrar, honra” y no debe tener excepciones.

¡Guatemala es primero!

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