Juan José Narciso Chúa

La ciudadanía acaba de pasar por dos momentos importantes en la vida nacional. La primera, se refiere a la Consulta Popular, un acto político en donde votar significaba mucho para nuestro país, así como para la historia nuestra, en tanto con esta decisión apuntalada por el Sí, aún con baja cuantía de votos, pero igual su trascendencia e importancia eran inobjetables. Ciertamente, la cantidad de votos fue bastante limitada en relación al total de empadronados que llegaban a 7.5 millones, pero la trascendencia del voto implicaba una decisión de Estado, no una decisión de Gobierno, con lo cual la ciudadanía que ejerció su derecho de votar tenía un nivel de conocimiento de la problemática que se pretende resolver (300 años), así como de la importancia que la misma sienta para el futuro del país.

La baja participación, como se ha dicho, pudo haber tenido varias causas, pero sin duda, la pésima actuación de la Cancillería, que no informó de ninguna ni de buena forma, el contenido de este evento electoral, al igual que el trabajo que el Presidente Morales, aunque positivo en su propósito, muy malo en el contenido de su discurso e hizo alusión a estribillos ya rebasados por la historia como aquél de que Belice es nuestro, con lo cual engañaba a las personas, no ayudaba a comprender la actualidad de la situación, el proceso histórico, el trabajo diplomático de décadas y el acuerdo final suscrito entre Belice y Guatemala. Es penoso ver a un Presidente que persiste en engañar a las personas o que pretende vernos caras de tontos a todos. Sin duda, una penumbra enorme para la Cancillería y el Presidente.

Contrariamente, el Tribunal Supremo Electoral, TSE, actuó de una forma correcta e hizo lo que le correspondía. En primer lugar, realizó la convocatoria para la Consulta Popular con tiempo, así como hizo un trabajo de información sobre la misma y sobre la trascendencia de la votación de una forma clara y directa, buscando con ello generar información cierta y confiable para la población. En segundo lugar, la organización de la consulta fue impecable, aún que hubiera sido masiva la asistencia, estoy seguro que hubieran hecho un excelente trabajo. Un destello luminoso para el Tribunal Supremo Electoral.

Otro de los eventos trascendentales para nuestra sociedad, se encontraba en proceso mientras ocurría la consulta. Se trata del trabajo de la Comisión de Postulación para elegir al nuevo o nueva Fiscal General del Ministerio Público. Esta vez, queda demostrado que la presión ciudadana, así como un grupo de profesionales que no pretenden jugar a intereses espurios, trabajan de una forma abierta al público, destacando la forma profesional de su proceder para aceptar postulaciones, así como dando tiempo a resolver las malévolas “tachas”, e igualmente se puso seriedad en la calificación de los candidatos, se eliminó a aquellos que no llegaron a determinada puntuación, incluso a aquellos que buscaban colarse, para ser dóciles con el actual mandatario y el grupo anti CICIG y MP, para evitar que la corriente de oxigenación que está en contra de la corrupción y la impunidad, así como la que pide y exige una nueva forma de actuación de funcionarios, empresarios y políticos para construir una sociedad distinta.

Al final la selección de los últimos seis candidatos resultó en un balance interesante, aunque pueden caber pequeñas dudas con algunos de los finalistas, se considera que la elección final, y el trabajo realizado por esta Comisión de Postulación, ha sido, seguramente, el mejor y más transparente que se ha observado en los últimos años. La Comisión de Postulación ha hecho un magnífico trabajo, sin duda, por ello se merecen un enorme halo luminoso que esperamos continúe destellando cuando ocurran otras convocatorias de este tipo. Dentro de esta Comisión de Postulación tengo el gusto de conocer al licenciado Ortega Menaldo, un excepcional y serio profesional, así como a Luis Aragón, a quien tengo un cariño entrañable y he podido ser testigo de su desenvolvimiento profesional admirable. Estará por verse que decide el actual Presidente y su secretario ex oficio Jimmy Morales.

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