Javier Monterroso

A pesar de los golpes que la CICIG y el MP han propinado contra el sistema de corrupción en el país desde el 2015, pareciera que éste se resiste a morir, que está enraizado no solo en la institucionalidad sino incluso en la cultura de los guatemaltecos, lejos de morir el sistema está dispuesto a dar todavía mucha batalla.

Y es que desde hace más de un año los grupos que se han visto afectados por los casos de la CICIG y el MP, encabezados por el presidente Jimmy Morales y el alcalde Álvaro Arzú, con el apoyo de la mayoría de diputados del Congreso de la República y una parte importante del sector empresarial, han llevado a cabo una eficiente estrategia de ataque contra la Comisión y la Fiscalía, esta estrategia ha tenido importantes resultados en algunas áreas sensibles, por ejemplo en boicotear y detener la propuesta de reformas constitucionales al Sector Justicia a finales del 2016, en parar el antejuicio contra Jimmy Morales en el Congreso de la República en septiembre del 2017, en lograr la destitución del superintendente de la SAT Francisco Solórzano Foppa y la renuncia del ministro de Gobernación Francisco Rivas, ambos aliados de la CICIG, y la elección de Álvaro Arzú junior como Presidente del Congreso en enero de este año. Además, en el Congreso de la República se encuentran en discusión iniciativas de ley que buscan coartar el derecho a la libre emisión del pensamiento, así como a los derechos constitucionales de manifestación pública, en lo que pareciera ser un intento desesperado para evitar manifestaciones en contra de la corrupción.

Sin embargo, estos golpes no han detenido la actuación de la CICIG y el MP, al contrario, pareciera que doña Thelma Aldana y don Iván Velásquez son verdaderos guerreros decididos a vencer a su enemigo y en el último año han presentado casos contra el alcalde de la Ciudad Álvaro Arzú, el ex ministro de Comunicaciones Alejandro Sinibaldi, el secretario general del partido TODOS Felipe Alejos, importantes empresarios azucareros incluyendo al ex candidato vicepresidencial Mario Leal, el Gabinete completo del gobierno de Álvaro Colom, incluyéndolo a él mismo, e incluso contra el propio presidente Jimmy Morales.

Pero sin lugar a dudas son dos de las batallas más importantes en esta cruzada contra la corrupción, la primera de ellas es la elección del próximo Fiscal General de la República, quien deberá sustituir a Thelma Aldana al frente del MP desde el 17 de mayo de este año, el proceso ya inició y aunque hay buenos candidatos y candidatas también está claro que los grupos anti CICIG harán hasta lo imposible por colocar en ese puesto alguien afín a sus intereses, estos grupos llevan las de ganar pues la decisión final la toma el presidente Morales quien en forma clara y abierta se ha posicionado en contra de la CICIG y a favor de la corrupción. Y la otra batalla es la elección del próximo Contralor General de Cuentas, el proceso comienza en junio y nuevamente las fuerzas que combaten la corrupción la tienen cuesta arriba, pues en este caso la decisión final la tiene el Congreso de la República, el cual está dominado por las fuerzas anti CICIG.

En lo que aparentemente han fracasado los grupos anti CICIG es en la opinión pública, pues a pesar de haber invertido millones de quetzales en net centers y en los canales de televisión local, las encuestas señalan que la mayoría de la población sigue confiando en la labor de la CICIG y el MP y esa es la verdadera esperanza del cambio de sistema.

 

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