Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt

Ayer la Embajada de Estados Unidos publicó en Twitter su reconocimiento al compromiso del presidente Jimmy Morales de invertir en esfuerzos para luchar contra las extorsiones con el fin de alcanzar seguridad ciudadana, prosperidad y buena gobernanza. Por si no hubiera quedado suficientemente clara la intención de la Embajada de lanzarle elogios al Presidente, minutos después emitieron otro Twitt diciendo que los resultados de la Fiscalía contra Delitos de Extorsión reflejan el apoyo del presidente Morales a las metas en seguridad y justicia en el país, pasando por alto que esa Fiscalía no opera bajo la dirección del Presidente sino de la Fiscal General que dirige el Ministerio Público y que situar fondos para las operaciones del MP no es un acto que deba agradecerse al mandatario porque es su gorda obligación hacerlo.

No olvidemos que el aumento de asignación presupuestaria se produjo antes de que en el Juzgado que conoce el Caso Botín Registro de la Propiedad un sindicado mencionara al hermano y el hijo del Presidente, lo que hizo que la judicatura ordenara que se abriera investigación contra ellos. No fue el Ministerio Público el que inició el caso, como cree el Presidente a la luz de la inquina que desarrolló contra la CICIG y el MP, por lo que el mensaje de la representación diplomática no puede entenderse sino como un chaquetazo a tiempo para reparar los daños que pudo haber causado la comparecencia del Embajador Arreaga con el enemigo público número uno, Iván Velásquez. Y como no hay calcomanías que digan “Yo amo a Jimmy”, se le atribuye al Presidente todo el enorme mérito que ha tenido una Fiscalía que ha hecho un excelente trabajo en un campo tan delicado como el de las extorsiones. Milagrosamente no hubo un Twitter diciendo que felicitan al Gobierno por la captura de cuatro motoristas en el gigantesco operativo del lunes.

Uno entiende que la Embajada tiene que mantener sus relaciones con el Gobierno para avanzar en los temas de interés común, pero creo que hay formas de hacerlo menos burdamente. Porque nadie puede entender cómo es que tras visitar a una Fiscalía que ha hecho enormes esfuerzos para investigar los casos de extorsión que agobian a miles de familias en Guatemala se manipule ese éxito que es totalmente ajeno a los esfuerzos del Gobierno por incrementar la “seguridad, prosperidad y gobernanza” que elogia la Embajada de los Estados Unidos.

Y es que se entiende que al Gobierno le cayó como patada en la espinilla que el Embajador Arreaga mostrara su apoyo a la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala y al mismísimo Iván Velásquez sobre cuya cabeza quisieran pasar los mismos que ofrecen pasar sobre las cabezas de los medios de comunicación que están a favor de la lucha contra la corrupción. Y la diplomacia tiene deberes que cumplir para mantener abiertos sus canales, pero una cosa es esa prioridad y otra muy distinta afirmar de manera tendenciosa que los éxitos de esa Fiscalía reflejan el apoyo de Morales a las metas de justicia en el país cuando todos sabemos que la corrupción forma parte del problema de la justicia y que justamente la lucha contra ese vicio es lo que mantiene enchinchado al Presidente.

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