Adolfo Mazariegos

Hace un par de días escuché en un medio de comunicación local, un comentario en el que se mencionaba la existencia en el Congreso de la República de una comisión de trabajo denominada ‘Comisión de Educación, Ciencia y Tecnología’. Sabía de su existencia, pero nunca me había detenido a pensar en el quehacer de una comisión con un nombre tan sugerente, tan rimbombante, y que remite a imaginar –fantasiosamente si se quiere–, toda una gama de avances científicos, tecnológicos (y obviamente educativos) en el marco de un proceso de desarrollo que no tendría por qué detenerse. Sin embargo, en la realidad del día a día de Guatemala, tanto en educación como en ciencia y tecnología, no puede decirse que el país sea precisamente una potencia ni siquiera a nivel regional (por mucho que duela reconocerlo y por mucho que quisiéramos ver una realidad distinta). Me dispuse, por ello, a explorar un poco acerca de –por lo menos– las iniciativas que dicha comisión ha presentado con el objeto de legislar en los temas que son propios de su competencia. Encontré (en el sitio web del Organismo Legislativo), un total de 17 iniciativas presentadas durante los años 2016 y 2017. Sin embargo, no pude dejar de experimentar un sentimiento de contrariedad al leer los nombres y revisar someramente los contenidos de algunas de las iniciativas presentadas durante ese período; he aquí un par de dichas iniciativas: a) ‘Iniciativa que dispone aprobar Ley Marco para la Promoción de la Alimentación Saludable para Niños, Niñas y Adolescentes’; b) ‘Iniciativa que dispone aprobar Ley para la Implementación de Relaciones y Convivencia Pacífica en los Centros Educativos’… Honestamente, no supe qué pensar. Y me pregunto si seré el único que percibe iniciativas de Ley como esas, como chistes de mal gusto, dada la realidad de este país en el que muchos niños y niñas mueren de desnutrición prácticamente abandonados a su suerte; un país en donde la violencia es un ente con pies y manos que camina a la par de la ciudadanía por cada calle o avenida que transita; un país en donde los desarrollos tecnológicos son producto de iniciativas personales de jóvenes emprendedores que tienen que ver cómo se las ingenian para cristalizar sus proyectos y sacarlos adelante… Guatemala tiene mentes brillantes sin duda, se ha demostrado, pero también se ha demostrado que las Comisiones Legislativas en cualquier parlamento y en cualquier Estado del mundo, por muchas mesas de trabajo, discursos y cuanta parafernalia puedan acumular a su alrededor, no sirven de nada si no cumplen el cometido para el que se supone que fueron creadas. Su existencia y su razón de ser, por lo tanto, seguramente serán reiteradamente cuestionadas si no toman con seriedad y responsabilidad los temas que en esas áreas pueden propiciar verdaderos cambios y verdaderos avances con vista al futuro, tanto en educación como en ciencia y tecnología, que son fundamentales para el desarrollo de cualquier país.

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