Justo al día siguiente del “acuerdo” entre el Presidente y el Sindicato de Joviel Acevedo para un nuevo aumento salarial a los maestros, no obstante que el Presidente ni siquiera consultó con el Ministro de Finanzas sobre la disponibilidad de recursos, el Ministerio de Educación presenta números de ignominia como resultado de las evaluaciones a los alumnos al final del ciclo pasado. Resulta que en Lectura y Matemáticas, materias que son indicadoras del nivel de educación, los educandos apenas si obtuvieron un resultado satisfactorio o excelente en un 32.33 en lectura (comprensión), y un patético 9.60 por ciento en matemáticas.

Esas cifras corresponden a todo el sistema educativo, y es obvio que los mejores resultados son de alumnos de centros privados en los que se exige calidad a los maestros. Y no es culpa de los alumnos ni resultado de deficiencias de ellos, sino es el reflejo del sistema educativo que tenemos y del rendimiento de maestros a los que se les debería caer la cara de vergüenza. En parte hay que entender que como los del sector público están más a las órdenes del sindicato para ser movilizados cuando el gobierno los demanda para apoyo que encubra los actos de corrupción, ni siquiera cumplen con dar clases y cuando lo hacen, evidentemente, lo hacen mal porque no se puede explicar de otra forma tal rendimiento que da grima.

Los niños que van a establecimientos públicos están condenados a la ignorancia porque obviamente no hay maestros preocupados por enseñarles en el sentido del término. Pero para negociar aumentos y encontrar políticos inescrupulosos que nunca reparan en la calidad de la enseñanza, porque lo que quieren es pactar aumentos que son sobornos para mantener una fuerza de choque.

Y párrafo aparte merece la necesaria condena al comportamiento de un Presidente que no entiende su función y que, a puertas cerradas con un desprestigiado líder magisterial pacta aumentos sin saber siquiera la situación de las finanzas públicas. Ayer el titular de Finanzas tuvo que reconocer que no hay partida para cubrir el compromiso que adquirió el Presidente, pero confían, por supuesto, que los diputados que forman parte del mismo Pacto de Corruptos hagan transferencias y creen partidas porque, al fin y al cabo, los maestros marcharon el jueves como fuerza de choque de dicho pacto para asegurar la elección de una directiva cuestionada.

Si había duda de que tenemos un gobierno de pacotilla, basta ver ese contraste en educación, con maestros bien pagados y alumnos mal formados, para entender la ausencia absoluta de una política de educación.

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