Juan Jacobo Muñoz Lemus
* Los habitantes de aquella población creían vivir en desarrollo. En todo caso y en honor a la verdad, lo que vivían no era más que un desarroyo; por el río de aguas negras de desagüe en el que solían circular.
* Era como un animal salvaje, encerrado en una jaula durante mucho tiempo, lo que a la postre se convirtió en un implacable y lapidario “para siempre”. Después de años en prisión, no se atrevía a salir. Una manipulación con valores le cortó las alas en el nombre de todo y en el nombre de nada.
* Como siempre ocurre, el asunto no era importante; pero los momentos suelen ser usualmente intensos, más por lo inmediato que por lo valioso. Un tacaño y un manirroto llegaron a comprar boletos; al llegar a la taquilla todo estaba vendido. Uno suspiró y el otro respiró.
* Un comensal preguntó a los demás si a alguno le habían besado o chupado los pies. Todos crearon imágenes sexuales y chocantes en su mente y contestaron que no. Les recordó que alguna vez alguno había llevado un pie a su boca cuando era bebé, o que su propia madre le besaba los pies constantemente. Se sintieron más amables con su memoria.
* Descubrió una pregunta para cuando alguien quería aplastarlo con una supuesta verdad incontrovertible. Surgió porque una mujer le dijo una vez que ella era bonita. Le pregunto que tenía él que decir ante eso y solo alcanzó a responderle: -Si, sos bonita, ¿Y? Ella dio la vuelta y con un desplante se alejó. Como ella tomó hacia el norte, él fui hacia el sur, mientras en su mente tarareaba una canción popular: “porque el tiempo tiene grietas, porque grietas tiene el alma, porque nada es para siempre y hasta la belleza cansa…”.
* Un niño muy pequeño tenía una especie de inspiración social. Siempre que en casa tomaba algo que no era suyo se defendía diciendo: “nada es de nadie, todo es de todos”. Tenía tres años entonces y por eso era tierno. Afuera, muchos paralizaban al país con consignas trasnochadas de comunismo y anti comunismo, espantando a la gente con el petate del muerto.
* El esfuerzo de vivir y sus equivocaciones, le ayudaron a convertirse poco a poco en un verdadero recurso humano. Aprendió lo que tenía que hacer, buscó con qué hacerlo, lo hizo y lo hizo bien.
* Había una vez una sociedad donde la jubilación no tenía nada de jubiloso.
* Lo primero que alcanzó a sentir para existir fue su ego, pero como mucha gente así se quedó. No dio el salto que había que dar, sintió que era un salto mortal.
* Aprendió que para no dejarse manipular, hay que estar dispuesto a tolerar cosas muy dolorosas como correrse el riesgo de que un hijo muriera ahogado en sus caprichos, que la pareja abandone por no sentirse complacida o que la gente hable mal cuando no recibe las respuestas que exige.
* Era como muchos, parecía que quería pero no. Era solo visceral y se acariciaba con la gente.
* Presumía de no tenerle miedo ni a su sombra. Gracias a eso se atrevía a la temeridad y a la villanía. No había mérito en sus actos pues lo que ocurría, era que ni siquiera se había enterado que en realidad tenía una sombra.
* En las noches y a través de sus sueños, la oscuridad le sorprendía con nuevas revelaciones. Cada mañana al despertar, una nueva luz le guiaba en la búsqueda de su propio camino. Todo era perfecto en el cosmos y todo era divino en el alma.
* Caminó, caminó y caminó; y al final se enteró que en los territorios del diablo, todo es al revés.
