Carlos Soto Pineda

Gritar “ahí viene el lobo” cuando lo que realmente existe es un clan de hienas, no es más que un avieso distractor. Aquí al igual que con la hiena manchada, los grupos arribistas, oportunistas, viven en un clan que está dominado por la hembra alfa -aunque ésta tenga nombre masculino- y sus familiares, y siguiendo con la analogía zoomórfica el estatus social de una hiena “cachorro” se hereda de la madre (presente ésta o no, formas o características de macho.)

Hablar de “coyuntura prodemocrática” cuando propugnan solapada o abiertamente a través de terceros, de interlocutores mercenarios, la defenestración, el establecimiento de un “gobierno de transición” designado por un grupo de “menesterosos políticos”, cuando hasta hace poco,- tres meses exactamente-, escribían “la democracia por la cual ahora nos regocijamos como ideal será aquella que corresponde al desarrollo de las fuerzas sociales organizadas como partido político”, partido político surgido de un club que se arroga la representatividad de la “Sociedad Civil”, cuyos integrantes formaron parte de gobiernos corruptos, en puestos dirigenciales de alto nivel, como ministros, asesores, directores institucionales, en fin burócratas de la iniciativa privada.

Cada vez me convenzo más que este país está así por los “dinosaurios” que USUFRUCTUANDO la lucha de personajes si de la izquierda auténtica, consecuente y combativa, viajaron, se “becaron” y dejaron a otros “sosteniendo la peña” en los momentos terroríficos de la represión, dejando el campo libre a los “saqueadores” de derecha, que si organizados, metieron en el canasto de izquierda a estos “sociólogos de coctel”; porque Sociólogo de verdad, el Dr. Carlos Guzmán Böckler, quien sentenció al consultarle sobre la situación del país y de la izquierda política guatemalteca…” “Dicen: ‘reestructuremos la izquierda’. A mí me han dicho eso, y pienso: lo que tenemos que reestructurar es nuestra mente. No vamos a revivir lo que ya murió, eso es imposible. Lo que sí tenemos claro es ese panorama maldito de explotación, de ignorancia, de enfermedad, de desgano cultural total. Contra eso debemos combatir, se llame izquierda o como se llame. …Hay que construir otras. Izquierdas, derechas, tiremos a la basura. No es ‘reconstruyamos la izquierda’: no hay nada que reconstruir, no se puede reconstruir lo que ya se destruyó. Yo creo que hay que marchar adelante. La etiqueta o el nombre pueden ser supletorios. Eso no es importante, pero sí cuál es el posible programa. Un análisis más cerebral, bien hecho, de las necesidades más difíciles, jerarquizarlas y en ese orden tratar de entrarle”.

Programa estructurado  sin dejar nada al azar, porque decir “esta apuesta tendrá que ser ganada en favor de la juventud”, es una especie de DESFASE, porque si nos ajustamos a esa “apuesta”, ya la juventud “ganó”…el Presidente del Congreso es joven, el llamado “dipukid” es joven, el Presidente Constitucional es relativamente joven…

“Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver!”…

Un HOMBRE debe actuar como piensa…tenga 10, 24 o esté próximo a cumplir 88 años, y no “veletear”  al son de las “coyunturas políticas”.

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