Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

Insisto y aclaro, la campaña política de 1999, donde triunfó la fórmula Alfonso Portillo, presidente, y Paco Reyes, vicepresidente, fue en parte autofinanciada; el resto financiada por muy pocos. No se encontró ningún aporte, subrayo, ningún aporte de las familias Botrán o Gutiérrez o de sector privado organizado alguno. Si hubiera alguna duda al respecto, la misma queda despejada por las siguientes acciones y no por palabras.

La primera acción que el gobierno del FRG realizó fue invitar a la Asociación de Azucareros, presidida por Alejandro Botrán y por don Julio Herrera Powell como vicepresidente, para que rescindieran el aumento que le habían aplicado durante el mes de diciembre a la libra de azúcar, internamente.

En dichas reuniones, vale la pena indicar, que Alejandro Botrán se permitió alzar la voz por lo que le hice la siguiente observación: “Alejandro, ¿desde cuándo nos conocemos?” Me respondió que su padre y mi padre habían sido amigos y que nos conocíamos desde patojos. Lo que me permitió indicarle: “a tu amigo de infancia le puedes gritar, al Vicepresidente de la República no, y si te permites hacerlo de nuevo por esa puerta en la que entraste te tendrás que ir”. Cuando nuevamente Alejandro intentó dirigirse con voz descontrolada, Julio Herrera intervino y le dijo: “Alejandro aquí estamos discutiendo y buscando un acuerdo, manteniendo el debido respeto”.

Después de dos reuniones el gremio azucarero aceptó regresar al precio que anteriormente regía la libra de azúcar, renunciando a su último aumento.

Vale también decir que el precio interno de azúcar por libra, a pesar de que Guatemala es un importante productor de azúcar, siempre ha sido superior al precio internacional por libra de azúcar, hecho injustificable.

Durante nuestro gobierno y como un ejemplo de lo que debe ser el libre mercado, permitimos un pequeño contingente de importación de azúcar, la que a su ingreso debió ser vitaminada siempre para así tener las mismas características que el azúcar que se vende localmente en el mercado guatemalteco.

Un segundo ejemplo de lo correcto que fue el gobierno presidido por Alfonso Portillo y por mi persona, fue el denominado Pacto Fiscal derivado de los Acuerdos de Paz, pacto que no fue puesto en vigor por el gobierno que presidió Álvaro Arzú y donde el ministro de Finanzas era Peter Lamport; le correspondió a nuestro gobierno el implementarlo. Para el efecto una comisión integrada por el suscrito como vicepresidente, Eduardo Waymann como ministro de Economía y otras personas, inició la discusión e implementación del mismo. En estas discusiones destacó el tema del Impuesto Sobre la Renta, donde se estableció que las fundaciones existentes no podían donar a ninguna entidad más de Q100 mil exenta ISR, ni mucho menos comprar artículos suntuarios tales como yates, helicópteros, aviones o automóviles que supuestamente utilizaban para su función social, cuando en realidad los utilizaban para el beneficio de los grupos económicos que las habían creado.

También en el Pacto Fiscal propusimos que el aumento del Impuesto al Valor Agregado, IVA, se convirtiera en parte en un IVA a favor de las municipalidades del país, estimulando así la descentralización de impuestos, lo cual se llamó IVA PAZ.

¡Guatemala es primero!

Continuará…

 

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