Carlos Soto Pineda

Leer es un privilegio, y escribir aún más, se puede leer sin entender y escribir para confundir…

La DEONTOLOGÍA, que no es un término que tenga que ver con dientes, al menos por asociación o anatomía, es una palabra que etimológicamente deriva del griego δέον, –οντος déon, –ontos y significa “lo que es necesario”, “lo que es un deber” y –logía que denota “conocimiento”, “estudio”, y se define como aquella parte de la ética, –entendiendo por ética al conjunto de principios, normas, valores y cualidades morales que guían y regulan las acciones de una persona o de un grupo profesional ante la sociedad– que trata de las responsabilidades, obligaciones, especialmente de los que rigen actividades profesionales, así como el conjunto de deberes relacionados con el ejercicio de una profesión. A su vez, es parte de la filosofía moral dedicada al estudio de las incumbencias o deberes morales.

IATROGENIA, de iatros (médico) y genia (engendrar), abarca todos los efectos nocivos que pueden derivarse de la labor médica, e incidir sobre los pacientes y su entorno, y aplicando la terminología como “analogía verbal homóloga” a la labor periodística donde una nota, un comentario, una opinión no sustentados, no fundamentados en hechos fidedignos, verídicos, veraces, causan daños al individuo y a la sociedad en general.

El licenciado en Comunicación Social Vicente Manuel Prieto Rodríguez dijo una frase que recuerdo al escribir este artículo: “En el periodismo, como en cualquier otra actividad, hay reglas de comportamiento que deben ser respetadas, unas están escritas y legisladas correspondientemente, otras tienen que ver con la autorresponsabilidad en el manejo de los elementos que se utilizan… Un periodista que se respete conoce dos aspectos esenciales: uno, que él rara vez constituye el centro de la noticia; dos, que su misión es informar a la audiencia de la manera más cercana posible a la realidad, sin desviaciones maquilladas”.

La ética periodística conlleva responsabilidad y principios intrínsecos de conducta para ser consecuentes con la audiencia, con los receptores y la veracidad de los hechos, de los sucesos. Un buen periodista no solo debe estudiar periodismo o ciencias de la comunicación, debe ser autodidacta.

“Primum non nocere” es una de las bases de la ética médica, y significa “primero no dañar” pero en el ejercicio de la opinión o en el medio periodístico guatemalteco pareciera que lo trastocaron por ánimus iniuriandi, por el ánimo de causar daño deformando la historia, aboliendo la memoria histórica o deformando o “maquillando” la realidad, para después invocar a la “suerte” de Barrabás y apelar a la “gracia” del ánimus iocandi para eximirse de su “delito social”… por las injurias o falsedades propagadas…

Son algunas opiniones escritas ¿Artículo de opinión, “Ignorancia deliberada”, Iatrogenia o Barrabasada?

Parafraseando a José Martí, no merece escribir para la gente, quien no la respeta.

“Si el periodismo ha de ser un culto, que lo sea a la virtud; no debe hacerse de la pluma arma de satírico, sino espada de caballeros”. José Martí (José Julián Martí Pérez).

Artículo anteriorNuevas caras, vieja política
Artículo siguienteLas alegres elecciones del 2019