Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es

“Cuando me hayan devuelto mi casa y mi vida, entonces encontraré mi verdadero rostro”.
Julio Cortázar

Uno de los cuentos de Cortázar que más me ha impresionado es “Casa Tomada”, como todas las obras del gran escritor, tiene un significado especial, y se necesita tratar de estar en la piel de él para entenderle.

Muchos eruditos de la literatura universal han tratado de encontrar el significado de este singular cuento, y cada quien le ha dado la interpretación que considera en su momento, inspiró a uno de los más grandes escritores del siglo pasado, a componer cada uno de sus cuentos, pero en especial “Casa Tomada”.

No me considero una erudita de la literatura ni mucho menos, pero tengo mi propio criterio del significado de la historia de los hermanos, que escuchando voces que penetran en su vivienda, van cediendo espacios, dejando a las mismas tomar una por una las habitaciones, hasta quedarse sin nada de lo que un día fue su refugio.

En el presente contexto histórico, los guatemaltecos hemos ido cediendo gradualmente,, cada uno de los ambientes de la sociedad, con argumentos de cualquier tipo, para dejar que el país mismo, que simbólicamente podríamos identificar con la Morada de Cortázar, escondiéndonos para no sentirnos parte de la corrupción, cedemos cada vez más, convirtiéndose Guatemala en la Casa Tomada por la descomposición, por el temor de quienes no hemos enfrentado con propiedad, las voces del cuento que no son otras en la práctica que los actos de corrupción.

Ese murmullo que atosiga a los hermanos gradualmente, en un inicio sin darle mayor importancia, pero conforme los mismos van apoderándose de la Casa, ellos poco a poco van cediendo, por el temor de perder la gran casona colonial, la van abandonando, ese murmullo que los acompaña durante la perdida más grande de su vida, la casona, en nuestro caso, es la putrefacción que, como los murmullos, se han ido apoderando de todos los espacios de la sociedad, sin que como los dos hermanos, tengamos los arrestos de parar el susurro: La corrupción incesante, que ha ido desplazando los valores, hoy cada vez con menos arraigo.

Ese elemento externo que observamos en el cuento, ese que obliga a retirarse gradual pero definitivamente, a los dueños de la casa que antes, la han cuidado con tanto amor, es el elemento externo que nos ha hecho retraernos, con el argumento que en la función pública todo tiene un precio, y que desafortunadamente no deja de ser una verdad tangible, es precisamente ese precio en el que muchos se han autoetiquetado; tienes un precio pero careces de valor, ese valor intangible que se llama honorabilidad.

En todas las instituciones del Estado, nos encontramos con más de un frijol negro, que regresando a la casa que identificamos como Guatemala, y los ciudadanos, como los hermanos que amando cada espacio de la casa, se ven imposibilitados de defenderla de los murmullos, que van invadiendo desmesuradamente cada uno de los rincones de la misma, cual humo negro que se va colando por todas las rendijas, por muy pequeñas que sean, los sonidos van callando las voces de los hermanos, porque así es la corrupción, se introduce en la sociedad por pequeñas dosis, que van aumentando conforme la misma va retrocediendo, tratando de cuidar lo que queda por salvar, la corrupción va apropiándose de todos los rincones y espacios que puede encontrar vulnerables.

Casa Tomada dibuja en la mente la necesidad de cuidar los valores que tenemos, pero al ir invadiendo la descomposición, como un cáncer que no se manifiesta de momento, pero que sigue avanzando, cuando nos percatamos que nuestra pasividad algunas veces, por extremo cuidado de nuestro entorno, que en el cuento hipotéticamente se dibuja como uno de los hermanos cuida al otro, se acompañan, y por temor, no se enfrentan a los murmullos, así la sociedad en la duda a aventurarse en la lucha por combatir el cáncer de la corrupción, ha permitido que la misma tome cada uno de los rincones, hasta llenar la casa, y esa casa se llama Guatemala.

 

Artículo anteriorEl tren descarrilado en EE.UU. superaba la velocidad permitida
Artículo siguienteAcerca del clientelismo político en Guatemala