Lic. Douglas Abadía C.
douglas.abadia@gmail.com

A lo largo de la historia política guatemalteca, los malos políticos han derrochado los recursos del Estado guatemalteco con fines diferentes, algunos para perpetuarse en las mieles del poder, otros para acumular riqueza y otros por inercia.

Desde la instauración de los programas sociales por parte del gobierno de la UNE, hasta el gobierno actual, los recursos económicos han sido derrochados sin mayor impacto; han existido vicios desde la misma concepción de los programas sociales, especialmente en la forma en que se elige a los potenciales beneficiarios, tales como: personas fallecidas dentro del padrón, duplicidad de beneficiarios, empresas favorecidas con coimas entre cientos de prácticas mañosas con tal de acaparar lo material que no ha costado nada.

Es muy común escuchar en la emotividad de los discursos de los politiqueros, hacer hincapié en conceptos como el de politización de los recursos, erradicación de la pobreza, clientelismo político, voluntad política, etc.; de esa cuenta es urgente entrarle a la verificación del discurso a través de herramientas científicas que nos permitan “cachar” en las mentiras a los políticos, funcionarios, empresarios, grupos sociales, etc.

De esa cuenta, abordamos el clientelismo político, entendido como “aquellas relaciones informales de intercambio recíproco y mutuamente benéfico de favores entre dos sujetos, basadas en una amistad instrumental, desigualdad, diferencia de poder y control de recursos, en las que existe un patrón y un cliente. El patrón proporciona bienes materiales, protección o acceso a recursos diversos, y el cliente ofrece a cambios servicios personales, lealtad, apoyo político o votos” (Audelo Cruz Jorge M., 2004: 127).

Es una relación de desigualdad, asimétrica, en el sentido de una detención diferenciada de poder. Esta relación de desigualdad induce una relación de dominación entre el “patrón” y el “cliente”. J. F. Médard resume esta relación como “una relación de intercambio social entre desiguales”.

La pobreza constituye uno de los factores de mayor importancia en la ocurrencia del clientelismo político, el grado de desarrollo económico ha sido para muchos autores el ingrediente explicativo clave para dar cuenta del efecto sostenido del juego clientelar.

En casos de pobreza, los políticos y caciques locales, los “altos funcionarios de Estado (como ministros, viceministros, secretarios, etc.” suelen distribuir comida, medicamentos, entre otros insumos de “ayuda” a sus votantes potenciales, no a los ciudadanos; son diferentes temas, pues muchos buscan perpetuarse en las mieles del poder y no alcanzar el bienestar común.

Finalmente, considero oportuno (estoy consciente que es una época en que nadie le pone coco a las noticias, precisamente estos momentos especiales son los que buscan los politiqueros oportunistas para meternos gol) como ciudadanos monitorear el desempeño político de algunos funcionarios actuales, pues a todas voces se ve el intento de protagonismo de varios ministros, viceministros, y no digamos diputados y corporaciones municipales por conservar y expandir su poder a través de candidaturas presidenciales y/o reelección en sus puestos actuales.

P.D. Feliz Navidad estimados lectores, un fuerte abrazo extensivo a sus distinguidas familias, Dios los bendiga.

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