Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com
En el mundo moderno, los derechos humanos deben de privar sobre las tendencias de derecha, centro o izquierda; por cuanto, son intrínsecos a la naturaleza humana y mucha puede ser la simpatía o la antipatía individual que pueda tener un mandatario por un país o por el líder que encabeza dicho país, como en el caso de Cuba, que abstenerse de votar es el equivalente a “ni fu, ni fa”.
Un líder político no puede ser “ni irresoluto, ni timorato”, tiene la obligación de ejercer la autoridad que es intrínseca al cargo que desempeña, lo mismo se le aplica a los ministros, viceministros, embajadores o encargados de negocios.
Por supuesto, parte de la política internacional es buscar que los nacionales de un país que han inmigrado por falta de trabajo, por falta de educación, por pobreza, por extrema pobreza, no sean deportados, y que dentro de lo posible a esos inmigrantes se les otorguen residencias temporales, residencias definitivas o programas de protección, como lo lograron los gobiernos de El Salvador y Honduras para sus inmigrantes en los Estados Unidos.
Guatemala tristemente es un país donde la concentración de la riqueza y la falta de pago de impuestos suficientes, la falta de trabajo, los salarios injustos, y las equivocaciones económico-sociales continúan propiciando que miles de miles de guatemaltecos, hombres, mujeres y niños, dejen el país.
A ello debe de agregarse que cada Presidente y gobierno de los Estados Unidos ha ido cambiando su política de inmigración y deportando cada vez más a las personas que no tienen una residencia legal, lo que explica que el número de personas y aviones que envía cada año con personas expulsadas es mayor, no importando quien sea el Presidente y Vicepresidente de Guatemala o su Ministro de Relaciones Exteriores.
Al final de la página 266, Álvaro dice: “Yo llegaba a leer un resumen, pero en la última ocasión que acudí recuerdo a Paco Reyes haciendo como que llamaba por teléfono, y de repente todos los celulares sonaban. Los del FRG hicieron sonar sus teléfonos mientras yo estaba en el podio leyendo mi discurso. Por lo general, los diputados fueron bastante respetuosos, excepto ese incidente de sonar los teléfonos celulares para burlarse”.
Al leer este párrafo, me causa un enorme asombro y como dicen los jóvenes, me pregunto qué había tomado o qué había fumado Álvaro Arzú para cometer semejante equivocación; por cuanto, es inexplicable que un Presidente de la República, que un político de tanta experiencia pueda hacer la afirmación que Álvaro hace.
Al respecto, si bien yo fui dos veces electo y desempeñé el cargo de diputado, como se puede comprobar, no postulé a ser diputado durante la elección en la que Álvaro Arzú y Luis Flores quedaron electos como Presidente y Vicepresidente de la República, respectivamente.
Y salvo un milagro o una alucinación Álvaro no puede haberme visto sentado en una curul, tampoco puede haberme visto o escuchado usando un teléfono en el pleno del Congreso de la República mientras él hacía uso de la palabra y se dirigía durante una sesión solemne al pleno del Congreso de la República.
Tampoco pudo haber visto a los diputados del FRG haciendo sonar sus teléfonos mientras él estaba leyendo su discurso.
Cuál pudo haber sido el motivo para las afirmaciones que corrijo y aclaro, es a Álvaro a quien le corresponde encontrar la explicación.
“Guatemala es primero”
Continuará.