Eduardo Blandón

Recién termino de leer el libro titulado “Opción B”, escrito por Sheryl Sanbdberg y Adam Grant, que recomiendo a quienes atraviesan crisis o desean acceder a un contenido de reflexión y autoayuda.  La autora, Sheryl Sandberg, como se sabe, es además de una destacada directiva de Facebook, una reconocida escritora de textos de autoayuda (Vayamos adelante (Lean) y ahora Opción B), a partir del dolor provocado por la muerte de su esposo.

Opción B constituye el relato sincero de una mujer enamorada (Sheryl Sandberg) de un hombre con quien vivió por muchos años y con quien procreó varios hijos.  Plantea con honestidad lo íntimo de una experiencia desgarradora y las formas de superación sin que falte el sufrimiento.  La historia repetida de diferentes maneras, como “leit motiv”, puede llegar a aburrir, pero logra su redención en virtud del balance analítico de Adam Grant (Originales y Dar y recibir).

Sí, es un libro de esos de “autoayuda”, pero respaldado con afirmaciones fundadas en obras de carácter científico.  Más allá de ello, sus páginas presentan inquietudes sensibles que dibujan el alma humana: sus conflictos, dudas, pero sobre todo, la nostalgia y la esperanza.  No aspira a ser una obra de psicología con claves terapéuticas sanadoras.  Es mucho más simple: el anuncio de posibilidades siempre alcanzables desde una actitud positiva.

Es una obra recomendada particularmente para quienes han perdido a un ser amado y no encuentran consuelo en el dolor.  La autora, al narrar el abismo y la oscuridad en el que se encuentra a causa de la separación física de su marido, relata la progresión de un estado con visos de insuperabilidad.  Es una especie de canto de esperanza escrito desde la vivencia redentora que testimonia la recuperación de la alegría.

Sheryl Sandberg adereza su narración, finalmente, con planteamientos de carácter feministas.  Denuncia, por ejemplo, la desigualdad remunerativa que todavía relega a las mujeres y les impide las ventajas del mundo de los hombres.   Pero también se revela a la crítica que hacen algunas sociedades al universo de las viudas en contraste con el permisivismo del mundo de los varones.  Y aunque el tema no es el principal, no deja de sugerir correcciones a ese mundo de desajuste social.

Sé que algunos de mis lectores no comparten esta literatura “light”, poco digna de paladares exigentes, más desarrollados y claramente evolucionados.  Pero la aconsejo para quienes quieran alternar o atreverse un poco por lo convencional.  Por lo demás, puede ser apropiado el texto para almas menos sofisticadas y que pasen por un mal momento.  Muy oportuno.

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