Viendo el comportamiento de la opinión pública ante lo que está ocurriendo y la forma en que el Pacto de la Corrupción no sólo se consolida sino se vuelve desafiante, no hay más remedio que pensar que la gente ya anda pensando en los convivios y parrandas de fin de año y que no le pone coco ni interés a la forma en que se está manejando el país. Hoy quedará aprobado un Presupuesto hecho para asegurar trinquetes, sin candados ni ingresos ordinarios, sino dependiente de más endeudamiento que habrá que pagar en el futuro, negociado junto a la elección de una directiva que presidirá el hijo de Arzú para enviar un mensaje contundente de que el Pacto está vivo y activo.

En La Hora hemos dicho que los políticos llegan hasta donde los ciudadanos los dejamos llegar, y en Guatemala parece que así como la corruptela no alcanza jamás fondo porque no lo tiene, ocurre lo mismo con la indiferencia porque no se ve por dónde pueda haber un momento de reflexión madura que permita a la gente entender el tortuoso camino que nos están poniendo por delante los que se aferran al Pacto de la Corrupción. Es un hecho indudable que en materia electoral ni siquiera las reformas propuestas por el Tribunal Supremo Electoral serán tomadas en cuenta, lo que significa que dentro de dos años iremos a elecciones con las mismas reglas que forzaron a la conformación del actual Congreso y que hicieron posible la investidura presidencial de Jimmy Morales.

La institucionalidad faculta a los diputados a aprobar el Presupuesto como les da la gana e importa un pepino que los técnicos y expertos señalen que se ha planificado el gasto simplemente para mantener el funcionamiento del Estado que se caracteriza por promover la corrupción. No hay intención, ni siquiera en el papel, de destinar recursos a la inversión en el desarrollo para generar oportunidades a la gente, sino que todo se planifica y se hace con la visión de cuánto queda de mordida o coima y cómo se reparte el dinero del erario entre aquellos que son los que apuntalan el Pacto de Corrupción.

El perverso Pacto sigue adelante y no hay manera de detenerlo a pesar de que continúe el trabajo de los entes investigadores porque, además, ya volaron las caretas y empiezan a dejar libres a los sindicados. Ayer los diputados que traficaron con plazas fantasma fueron enviados a su casa y ese es el camino que espera a todos los que han sido sometidos a proceso.

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