René Leiva

Balsa, Poncio, bandido y salteador de caminos salvadoreño, se le considera el Robin Hood centroamericano; durante 35 años ayudó a viudas y huérfanos. Desapareció, aunque se cree, sin fundamento, que su personalidad pública fue de terrateniente cafetalero.

Ber, Juan Carlos, actor, director, productor y guionista cinematográfico, casado sucesivamente con Liz Loren, Caroll Monroe y Loretta Bacall. A raíz del rodaje de “Shit”, en Argelia, cuando sufriera un accidente automovilístico, se retiró a un islote de su propiedad en las islas Sandwich.

Belerón, Augusto, compositor y pianista dominicano, autor de la “Sonata acústica” para vaso vacío y tenedor, así como de las “Variaciones sobre un tema de Pérez Prado”. Fue amante de Lucía de Lamermoor.

Blúmer, Isaac, banquero suizo de origen israelita, financió la guerra del Peloponeso y la invasión de Taras Bulba a la Patagonia. Se suicidó en Guadalajara de un pistoletazo.

Borges, arquitecto lusitano, construyó varios laberintos alrededor del mundo con las formas y tamaños más extravagantes. Un día, ya anciano, se encerró en uno de sus dédalos y no fue hallado jamás. Se cree, a estas alturas, que todavía vive.

Bizantino, Armando, controvertido polemista, jefe de los “bizantinianos”, fundó una academia de contestatarios, revisionistas e impugnadores, que a su muerte se transformó en secta ácrata.

Bylgass, Andreas, doble de Manfredo Orff, se convirtió en algo así como su otro yo o alter ego. Lo imitaba y acompañaba a todas partes e incluso dormía con él. Ambos murieron a la vez, de un solo balazo, en un rato de desesperación que atacó a Manfred.

Bzignew, Elías, médium invocador de los muertos, gran amigo y maestro de Alan Kardec. En una sesión espiritista fue poseído por el espíritu de Adán, el primer hombre, y habló con extraña lengua sobre paraísos perdidos e infiernos recobrados. Murió enajenado aunque de edad muy avanzada.

Gannozza, Alessandro, ornitólogo de Perusa, aficionado a la taxidermia; a los 32 años emigró a Argentina, donde fundó una fábrica de caramelos con forma de pajaritos.

Cárdenas, Onofre, médico y botánico, descubrió las propiedades curativas de la buridana, el preciosanto, la perridelia y el domur, que crecían en el jardín de su casa en Lejas, a orillas del Insol. Curó a cientos de enfermos, ente ellos el célebre Toforón.

Carpio y Avila, Víctor de, polígamo, admirador de árabes, musulmanes y mormones, así como de patriarcas israelitas; rindió verdadero culto al rey Salomón; se casó 69 veces y a ninguna mujer concedió divorcio ni aceptó formas de separación.

Cilantro de Sevilla, anacoreta, vivió desde los 16 años en el desierto, en una cueva que cavó con sus uñas. Se alimentaba de pepinos verdes y dormía dos horas diarias, de tres a cinco de la tarde. Tersio Macareno tiene una vida sobre este santo varón.

Cólito de Biblios, gramático y teólogo, escribió un tratado en treinta volúmenes sobre los sucesivos nombres, en orden cronológico, que adoptó Adán en sus sucesivas encarnaciones a lo largo de 26 siglos.

Cunén de Torre Quemada, hereje y heresiarca, tuvo varios seguidores en los alrededores del Tirol austriaco. Negaba los misterios sagrados de la Trinidad y la virginidad de María. Fue apuñalado en una reyerta de taberna y murió tras una espantosa agonía de cuatro inviernos cargada de delirios.

 

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