Varias organizaciones de la sociedad guatemalteca anunciaron hace varios días la conformación de una Asamblea Ciudadana comprometida en la lucha contra la corrupción y la impunidad ante la situación que está viviendo actualmente el país. Es el primer esfuerzo por dar estructura orgánica a esa importante batalla para tratar de contener la gigantesca corrupción que se ha adueñado de la sociedad gracias al pacto no escrito que viene operando desde hace mucho tiempo vía la cooptación del Estado que realizan los financistas de las campañas electorales.

Hasta ahora la Plaza ha recibido a espontáneos que llegan a expresar su indignación por el mal uso que se hace de los recursos del Estado, pero siempre se dijo que hacía falta algún tipo de organización y coordinación de los esfuerzos para que no terminaran en llamarada de tusa, y justamente lo que pretende la Asamblea Ciudadana es dar respuesta a esas inquietudes tantas veces expresadas respecto a la falta de liderazgo y conducción en la expresión ciudadana.

Es importante señalar que no es, en absoluto, un movimiento caudillista como los que hemos estado acostumbrados a ver en Guatemala, sino el empeño colectivo de personas comprometidas con el país para encontrar un rumbo que nos permita iniciar la construcción de un orden político y administrativo distinto, en el que el soborno y la mordida no sean el elemento esencial.

Coincide este esfuerzo ciudadano con lo que hemos visto como definiciones en la postura de otros sectores que decidieron apuntalar el sistema corrupto bajo la argumentación de la gobernabilidad y la defensa de una institucionalidad que ha sido pervertida por ellos mismos en su sempiterno esfuerzo de cooptación. Y es que es bueno que se vayan definiendo los campos de acción para saber qué interesa a cada quien. Los que no quieren seguir con el modelo de obra con sobra y de un trinquete tras otro, que empobrecen tanto al pueblo, podrán encontrar espacios para el diálogo y la propuesta en medio de asambleas compuestas por ciudadanos ejerciendo su deber cívico. Quienes se esfuerzan por preservar el sistema actual intacto, los que quieren que todo siga exactamente como está porque así les ha servido, y mucho, saben con quiénes pueden aliarse abiertamente y a lo mejor ya ni falta hará de que haya financiamientos ocultos a los grupos que se encargaron de promover, para esos sectores, la polarización que ahora dicen que les sorprende por el nivel alcanzado.

Si la polarización es entre los defensores del sistema y quienes buscan derrotarlo, ¡Bienvenida sea!

 

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