Víctor Ferrigno F.

El Triángulo Norte de Centro América (TNCA), integrado por Guatemala, El Salvador y Honduras, es la región más violenta del mundo y, lógicamente, está plagada de corrupción, pues ambos flagelos son engendros de la impunidad. El Icefi se propuso analizar la corrupción en el TNCA, lo que equivale a medir la pudrición en el infierno.

El estudio del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), se editó en un libro intitulado “La Corrupción, sus caminos e impacto en la sociedad y una agenda para enfrentarla en el Triángulo Norte Centroamericano”, el cual fue presentado ayer, 26 de septiembre, por Jonathan Menkos, Director Ejecutivo del Instituto. Los comentaristas fueron Iván Velásquez, Comisionado de la CICIG, y Rootman Pérez, Secretario de Política Criminal del Ministerio Público. De manera simultánea, el estudio fue presentado en San Salvador y Tegucigalpa. Encomiable esfuerzo.

Según el Icefi, “El libro estudia la relación entre corrupción y democracia, destacando que la corrupción en el TNCA tiene características especiales, derivadas de aspectos históricos, como la construcción de Estados débiles, períodos de autoritarismo, guerra civil y sistemas contrainsurgentes, y el menoscabo de la independencia judicial; todas características de democracias débiles o disfuncionales”.

El estudio destaca que la corrupción no debe ser entendida y enfrentada como un fenómeno exclusivo del sector público, pues afecta y es de gran relevancia en el sector privado empresarial; la búsqueda de soluciones es responsabilidad de todos.

En su comentario, el Comisionado de la CICIG planteó que la corrupción es una forma del ejercicio del poder, que otorga premios y castigos provenientes de “intereses oscuros y perversos” y que así se configura una forma de hacer política en los países afectados por este flagelo, que debe ser combatido, ya que mantienen la desigualdad, la exclusión, la pobreza y la denegación de acceso a los servicios públicos básicos.

Mediante una recopilación y estudio de casos en el TNCA, el Icefi identifica ocho fenómenos principales que llevan a la corrupción: legislación desactualizada; institucionalidad débil; sistemas de administración de justicia con limitadas capacidades y recursos; sistemas electorales y de partidos políticos sin el rigor democrático; acceso deficiente a la información pública; participación ciudadana escasa; conflictos de intereses; e, impunidad.

Los casos relevantes de corrupción analizados en Guatemala, corresponden al período (2008-2017), y pertenecen a siete categorías generales. El Icefi estima que anualmente se pierde un 20% de rubros prioritarios del presupuesto por la corrupción.

El libro concluye proponiendo una agenda anticorrupción para el TNCA, con acciones legislativas y de fortalecimiento institucional para alcanzar ocho objetivos: 1) elaboración, discusión, aprobación e implementación de políticas nacionales para la transparencia, combate a la corrupción y gobierno abierto; 2) política fiscal que priorice la transparencia; 3) asegurar la probidad de los funcionarios y empleados públicos, así como una cultura de rendición de cuentas y gobierno abierto; 4)  garantizar el acceso a la información pública, y protección de datos personales; 5) facilitar la participación ciudadana mediante el impulso de espacios de colaboración entre administración pública y sociedad civil; 6) incorporar el análisis de la responsabilidad del sector privado en los esfuerzos de lucha contra la corrupción; 7) reconocer y enfrentar la relación entre corrupción y sistemas político electorales; y, 8) reforma estructural del sistema de administración de justicia, incluyendo acciones que fortalezcan sus capacidades para luchar contra la corrupción.

Hay propuesta y pueblo alzado, es de arremeter contra esta plaga.

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