Jorge Santos

La conocida consigna de “Yo No Tengo Presidente” debe de ser reformulada para hacer mención a que “Guatemala no tiene Gobierno”. En 2015 la sociedad guatemalteca cometimos errores estratégicos que hoy pagamos con creces e intereses. Sin lugar a dudas la consideración de que la salida a la crisis institucional, producto de los casos de corrupción, se daría a partir de las elecciones fue el primero de estos errores, así como haber elegido a un Presidente y un partido político que ha dado claras muestras de incapacidad para impulsar la agenda de transformación en el país, más corrupción, inoperancia colosal y ha sido uno de los principales responsables del descalabro generalizado de importantes garantías para las y los ciudadanos.

Con pocas y raras excepciones a donde uno voltee la mirada y observe sin mucho detenimiento el accionar de la institucionalidad pública, evidenciará poca acción e incapacidad para cumplir con las acciones que por ley le corresponden. Desde el Presidente y Vicepresidente que a la fecha son la clara muestra y mejor ejemplo de improvisación y en muchos casos no tener idea de lo que se requiere realizar para dar trámite a elementales acciones que le corresponden al Ejecutivo. Cada vez que el Presidente Jimmy Morales sale a dar declaraciones públicas da muestras de ello y se cierra a expresiones de autoritarismo y enojo que no son más que las muestras de su ignorancia en muchos de los casos que son demandados por la ciudadanía.

Esta cuota de ineficiencia y prácticamente inoperancia está representada en la Bancada de FCN-Nación del Congreso de la República, aunque no la única, pero siendo la mayoritaria se ha convertido en el mayor obstáculo y barrera para la discusión y aprobación de aquellas leyes que eran necesarias para dar cumplimiento a la agenda política demandada por la ciudadanía en 2015 y son los claros defensores del status quo, la impunidad y la corrupción.

Sin embargo, es menester precisar que la inoperancia se manifiesta en la incapacidad para poder ejecutar el Presupuesto que cada institución pública tiene asignado. El caso más patético lo representa el caso del Ministerio de Desarrollo Social que para este mes, a penas lleva una ejecución presupuestaria del 11% en un país donde los programas de protección social son una urgente necesidad, dados los altos niveles de pobreza y pobreza extrema. De la misma manera, el Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda, en el marco de la destrucción casi total de la infraestructura vial en el país no alcanza siquiera el 20% de ejecución de su presupuesto total.

Es decir que a 18 meses de ejercicio presidencial de Jimmy Morales y FCN el remedio es peor que la enfermedad, en la medida que esta incapacidad para impulsar acciones y dedicarse únicamente al beneficio del capital privado y/o para actos de corrupción, tiene un impacto directo en la cotidianidad de millones de guatemaltecos y guatemaltecas, deteriorando cada vez más la calidad de vida de las y los mismos.

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