Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt

La semana pasada la Cámara de Industria y el Centro de la Acción para la Responsabilidad Social presentaron una iniciativa que me parece debe promoverse en todo el sector privado del país como una respuesta correcta y coherente ante la realidad que fue desnudada por las investigaciones sobre casos de corrupción en Guatemala. Y lo considero importante porque así como hacen falta dos para bailar un tango, también se requiere de parte y contraparte en el tema de la podredumbre que se ha adueñado de nuestro país por la existencia de esos terribles contubernios que se apropian de los recursos públicos en perjuicio de la población.

Habíamos visto que en las denuncias sobre corrupción que involucraron a empresarios, ocurrió aquello del espíritu de cuerpo y de esa cuenta se fue mostrando una distancia cada vez mayor entre las organizaciones empresariales y las entidades que luchan contra la corrupción. Aquellos aplausos entusiasmados de mediados del año 2015, cuando quienes estaban en la picota eran funcionarios que operaban en el Caso “La Línea”, en el que nunca se mencionó quiénes eran los contrabandistas que pagaban a Baldetti y compañía por sus eficientes servicios para dejarles pasar la mercadería sin el menor control, fueron desapareciendo cuando se dieron casos como el de los Negociantes de la Salud y el de la Cooptación del Estado. Empezó entonces la preocupación, no expresada cuando los presos eran políticos y funcionarios, respecto a la presunción de inocencia y la inconveniencia de aplicar la prisión provisional a los sindicados de corrupción.

Por ello es que me parece de enorme trascendencia la postura de la Cámara de Industria y de grupo empresarial que conforma el Centro de Acción para la Responsabilidad Social al proponer un plan bautizado como “Guateíntegra” bajo el lema “Soy Correcto, no Corrupto” y para que no se quede simplemente como el lema de campaña del presidente Jimmy Morales, es decir como palabras vacías con propósito eminentemente propagandístico, se ha emprendido una labor de capacitación empresarial para que aprendamos todos a operar en el marco de la ley y rechazar cualquier práctica de corrupción.

Poco antes de que fuera lanzada públicamente la iniciativa, en la columna de Pedro Pablo Marroquín se hizo un llamado a los empresarios de la construcción para que dieran ese necesario paso al frente para ponerle fin a las prácticas generalizadas de comprar a funcionarios para que otorguen contratos y volverlos a comprar para lograr el pago entretenido maliciosamente para forzar a una segunda tanda de sobornos.

El hecho de que la misma Cámara de Industria lance la iniciativa es de gran importancia y más cuando su Presidente, al anunciarla, dice que la corrupción “golpea al sistema económico y especialmente a los más pobres del país”, realidad irrefutable porque hemos visto cómo la piñatización de los recursos públicos se traduce en el absoluto descalabro de un Estado incapaz de ofrecer siquiera seguridad y justicia, no digamos atención en aspectos básicos como educación y salud.

Dios quiera que “Guateíntegra” vaya mucho más allá del “Ni Corrupto ni Ladrón” de aquél que les conté porque aquí hace falta verdadero compromiso.

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