Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82

Hoy empieza el segundo semestre del año y en este tiempo, como país, nos jugamos el futuro porque las fuerzas que desean cambios solo han podido tratar de sostener la peña, mientras los que desean que todo vuelva a la normalidad de la corrupción han venido haciendo grandes esfuerzos por apuntalar un sistema que no funciona.

Es una realidad que la justicia no puede seguir por el rumbo actual, pero los opositores lograron que los diputados se confirmaran como los guardianes del sistema y a los primeros les bastó matar el esfuerzo y con eso se sintieron satisfechos puesto que ya nunca se volvió a hablar de reformar la justicia porque al fin y al cabo como dijo el cínico expresidente del CACIF, son “sus representantes” y así como cuatro son testaferros, hay muchos otros que sin dar la cara responden a sus amos que los financian.

El ámbito político sigue igual porque aún persiste el monopolio de los partidos para nominar diputados, siguen los famosos listados y no se mira por dónde eso pueda cambiar, salvo que aparezcan algunos diputados que deseen marcar distancia con el rebaño y ejercer un papel que los inmortalice en la historia de este país.

En lo relacionado al sistema de compras, seguimos igual o peor que antes porque ahora “dicen” que no firman nada por miedo a parar en el bote, cuando la realidad es que no se ejecuta nada porque no han logrado dar con la tecla de los negocios y por eso es que la ejecución del presupuesto es una vergüenza. Nadie mueve un dedo para lograr verdaderos cambios de fondo en este tema.

La rendición de cuentas sigue siendo un chiste porque tenemos una Contraloría que no se da abasto y seguimos teniendo más de 600 unidades ejecutoras, lo que ha hecho, hace y hará siempre imposible una efectiva rendición de cuentas. De esto nadie tampoco dice nada porque el primer éxito de los corruptos es tener un ente de fiscalización cooptado.

En el segundo semestre bajará la recaudación porque ahora todo será por procesos administrativos y con eso los contribuyentes invertirán su dinero en abogados, los procesos durarán mil años y no pasará nada, al mismo tiempo que no estamos discutiendo respecto al modelo y al sistema fiscal del país. Durante los primeros seis meses del año, lo que se buscó fue arreglar la cosa a base de privilegios y exoneraciones.

Estamos más entretenidos hablando de que el Embajador de los Estados Unidos les dijo idiotas a cuatro testaferros, mientras que a algunas élites no les inquieta de dónde viene ese dinero y solo eso nos sirve para evidenciar que la nuestra es una sociedad que se entretiene en las trivialidades pero obvia lo importante, lo profundo y los temas que nos pueden hacer cambiar la realidad.

Tengo 35 años y no estoy dispuesto a darme por vencido, por eso es que creo que los que deseamos cambios para cimentar el futuro necesitamos estar más juntos, resolver diferencias, decirnos las cosas a la cara pero seguir adelante, unidos alrededor de acuerdos mínimos, porque de lo contrario no lograremos el objetivo.

En estos seis meses que viene tenemos la harta obligación de trabajar por la Guatemala que queremos en los próximos 20 o 30 años. De todos depende porque la ventaja de un país, es que sin importar que ha pasado, cada día que viene es una oportunidad para escribir una mejor historia.

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