Durante varias semanas, se ha mantenido la atención en el proceso del Hogar Seguro Virgen de la Asunción por la muerte de 41 adolescentes que estaban bajo el resguardo del Estado para protegerlas sin que fueran menores en conflicto con la ley.

Es importante que la atención se mantenga en ese proceso porque siempre nos hemos quejado porque el sistema está hecho para funcionar solo para quienes controlan los hilos del poder, mientras el resto sale sobrando.

Sin embargo, tenemos que pedir que la atención también se mantenga sobre el “otro” caso del Hogar Seguro y que fue denunciado en estas páginas por Mariela Castañón desde hace mucho tiempo.

Sus reportajes fueron contundentes explicando y detallando las denuncias de abuso, utilización para trata de personas, desapariciones y hasta potenciales asesinatos de menores recluidas y que eran explotadas por una red de adultos que se aprovechaban del desorden institucional y del descontrol interno para sacar, hacer y deshacer como les placiera con dichas adolescentes.

Esas denuncias llegaron en su momento al Ministerio Público, Procuraduría de Derechos Humanos, Procuraduría General de la Nación, etc., pero esta es la fecha en que no se ha sabido nada al respecto y queremos exigir, una vez más, que sea objeto de una demostración de responsabilidad y seriedad ante los graves delitos denunciados.

Muchos se han aventurado a comentar sobre las razones que habrán llevado a las jovencitas que estuvieron trágicamente involucradas en el incendio de marzo y estamos absolutamente seguros que, para entenderlo, se tienen que tomar en cuenta esos abusos y excesos, delitos cometidos permanentemente contra quienes permanecían recluidas en condiciones tan inhumanas.

Habrá una larga lista de “negligentes” que con esa dejadez terminaron siendo absolutamente responsables y cómplices de los delitos cometidos. Todos los que hayan tenido conocimiento de lo que sucedía y no hayan hecho nada al respecto, deberían estar ya siendo procesados y, obviamente, retirados de sus cargos.

La incapacidad de las autoridades para investigar provocó el incendio que cobró la vida de 41 menores en una tragedia que tiene que ser contemplada como parte de la incapacidad que algunos de estos mismos sujetos tuvieron, sumado a otros que falta por identificar y procesar.

Son dos casos distintos, aun cuando están íntimamente ligados por la evidente demostración de desesperación que llevó a las menores a plantarse para no seguir aceptando los malos tratos.

Esperamos que no se olviden uno ni el otro. La justicia tiene que aclarar y castigar a los responsables de ambos casos del Hogar Seguro Virgen de la Asunción.

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