Luis Enrique Pérez

El exvicepresidente de Estados Unidos de América, Al Gore, produjo, hace casi diez años, un documento audiovisual sobre el clima global, denominado «Una verdad inconveniente». Ahora ha producido un segundo documento audiovisual, también sobre el clima global, denominado «Una secuela incómoda: verdad al poder». Este nuevo documento audiovisual se estrenará en el próximo mes de julio, en Estados Unidos de América. Aparentemente, Al Gore insiste en que hay un catastrófico calentamiento global que el ser humano provoca porque es un fecundo productor de dióxido de carbono.

En el primer documento, Al Gore exponía tesis que fueron refutadas por prestigiosos científicos especializados. Es probable que el segundo documento sea objeto de nuevas refutaciones. Como modestísimo homenaje a Al Gore por su nueva obra, recordemos algunas refutaciones de las descomunales falsedades expuestas en «Una verdad inconveniente».

Primera. Al Gore afirma que el calentamiento global provocado por el ser humano, causará un aumento del nivel de los mares. El científico del clima Chris de Freitas, profesor de la Universidad Auckland, de Nueva Zelandia, refuta a Al Gore: «Puedo asegurarle al señor Gore que ningún habitante de las islas del Pacífico Sur tendrá que huir a Nueva Zelandia a causa del incremento del nivel de los mares. De hecho, si Gore consulta los datos, se percatará de que el nivel de los mares disminuye en algunas partes del Pacífico.» También lo refuta el doctor Nils-Axel Mörner, profesor emérito de paleogeofísica y geodinámica, de la Universidad de Estocolmo: «No hemos comprobado que ocurra un alarmante ascenso del nivel del mar, en Maldivias, Tovalu, Venecia y Golfo Pérsico…»

Segunda. Al Gore afirma que el calentamiento global provocado por el ser humano, ha sido la causa de que los mosquitos que transmiten la malaria vuelen ahora a mayor altura, hasta llegar, por ejemplo, a las ciudades de Nairobi y Harara, a las cuales no llegaban. El profesor Paul Reiter, de la Unidad de Insectos y Enfermedades Infecciosas, del Instituto Pasteur, de París, refuta a Al Gore: «Gore está completamente errado. Se ha comprobado que hay malaria a 2,500 metros de altura, y Nairobi y Harara están a 1,500 metros de altura. Las nuevas alturas de la malaria son menores que las de hace cien años. Ninguna de las denominadas 30 nuevas enfermedades son causadas por el calentamiento global.»

Tercera. Al Gore afirma que el calentamiento global provocado por el ser humano, ha sido causa de que el insecto llamado «Gorgojo del Pino de Montaña», se haya convertido en una plaga. El especialista en microclima forestal Rob Scagel, de Consultores Fitométricos del Pacífico, de Surrey, Colombia Británica, refuta a Al Gore: «Es una especie nativa de esta parte de América del Norte y está presente siempre. La epidemia comenzó con pequeños brotes y se expandió incontrolablemente por falta de administración forestal.»

Cuarta. Al Gore afirma que el calentamiento global provocado por el ser humano causará la eliminación de arrecifes coralíferos. El doctor Gary D. Sharp, del Centro de Estudios del Clima y Recursos Oceánicos, de Salinas, California, refuta a Al Gore: «Leves cambios de la temperatura no eliminarán los arrecifes coralíferos. Tampoco los eliminará un incremento del dióxido de carbono, que es una sustancia química fundamental que posibilita que los arrecifes coralíferos subsistan.»

Quinta. Al Gore afirma que se contraen grandes capas de hielo. El doctor R. M. Carter, profesor del Laboratorio de Geofísica Marina, de la Universidad James Cook, de Townsville, Australia, refuta a Al Gore: «Las capas de hielo de Antártica y Groenlandia se expanden… y el área de hielo marino en torno al continente ha aumentado durante los últimos 20 años.» También lo refuta el doctor Petr Chylek, profesor adjunto del Departamento de Física y Ciencia de la Atmósfera, de la Universidad Dalhousie, de Halifax, Nueva Escocia: «el área de la capa de hielo se expande» en Groenlandia, y «quizá está próxima una nueva edad de hielo.»

Post scriptum. «Una verdad incómoda» debió llamarse «Una falsedad cómoda». Y «Una secuela incómoda: verdad al poder», debió llamarse «Una confusión cómoda: falsedad al poder».

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