Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt

Durante los últimos meses, sobre todo después de que el Presidente de la República dijera que las críticas que le hacíamos eran resultado de que él había eliminado la fafa, hemos sido sumamente críticos con el presidente Jimmy Morales y fuimos extremadamente severos al juzgar la situación de su hijo José Manuel. Yo sabía, desde el mismo lunes, que todas las personas que hemos criticado iban a gozar de una oportunidad para pasarme la factura, como lo han hecho muchos, aunque llevándose de corbata a un menor cuya responsabilidad están ya esclareciendo las instancias correspondientes.

El martes, luego de haber publicado mi artículo, estando reunidos con Pedro mi hijo, sonó su teléfono y cuando respondió le vi cara de sorpresa. De inmediato puso el altavoz, volviendo a preguntar “quien habla” y escuché que le decía “Pedro Pablo te saluda Jimmy Morales”. Le explicamos que yo estaba escuchando y nos dijo que llamaba para solidarizarse con nosotros por la situación que estábamos viviendo, a lo que le respondí expresando no sólo mi agradecimiento, sino también mi sorpresa y hasta estupor por su gesto porque, le dije, no hemos sido blandos en la crítica hacia usted y el hecho de que se tome la molestia de llamarnos me muestra una extraordinaria calidad humana.

Por la noche, reflexionando en familia sobre los acontecimientos del día, obviamente tuve que mencionar ese gesto extraordinario del presidente Morales y les dije que posiblemente siempre habrán temas en los que no estemos de acuerdo y cuestiones en las que, en cumplimiento de lo que considero mi deber ético, deberé criticarlo, pero que reconocía que la cólera que nos causó su acusación de faferos nos ofendió demasiado porque nunca, con ningún gobierno ni sector, nos hemos puesto en venta o hemos condicionado nuestras publicaciones a cambio de publicidad o prebendas.

Pero lo que más me remordía era la forma en que habíamos escrito sobre la situación legal de su hijo José Manuel. Tristemente a veces uno tiene que sufrir un tremendo golpe para ponerse en la piel de otra gente. Eso me llevó a pedir al presidente Morales una audiencia en la que le pedí que estuviera su hijo y ayer por la tarde ambos, Jimmy y José Manuel Morales, nos recibieron en el despacho de Casa Presidencial a donde llegamos con Pedro Pablo a reiterar el agradecimiento por el gesto del gobernante, pero sobre todo a pedir perdón al joven José Manuel por la forma en que habíamos abordado su caso. El Presidente sabe que no buscamos absolutamente nada y que en nuestra relación con gobernantes lo único que siempre hemos buscado es lograr resultados para el país.

Fue un momento especial, emotivo y personal, pero le dije al joven que siendo nuestras críticas públicas, hoy haría público también mi arrepentimiento y el de La Hora, por haber manejado de manera nada profesional su caso, obnubilados por un malestar que nos sacó de la seriedad y responsabilidad que debemos guardar como medio de comunicación.

Sinceramente, el gesto del presidente Jimmy Morales, lo pinta como un ser humano de gran calidad.

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